En su lugar, la morenista María Eugenia Hernández Pérez participó en el foro, que tuvo una duración de casi dos horas, de las cuales la diputada sólo estuvo la última media hora.
Pese a la ausencia de los legisladores, los trabajadores sindicalizados de ASPA, que representa a pilotos de Aeroméxico y Aeromar, abordaron algunos de los posibles cambios que más están cimbrando a la industria, principalmente la apertura del cabotaje para aerolíneas extranjeras –con lo cual las empresas mexicanas perderían la exclusividad de las rutas nacionales–, así como la recuperación de la Categoría 1 de la seguridad aérea.
El consenso entre los expositores fue la falta de una política pública en materia aeronáutica que pondere los intereses nacionales, en un contexto donde se ha considera que las aerolíneas extranjeras suponen una amenaza con el fantasma del cabotaje rondando.
Para Rosa María Montoya, académica e investigadora del sector aéreo, una propuesta de cabotaje que no amenace a la industria nacional debería dar con una fórmula donde las aerolíneas mexicanas no se vean amenazadas en términos competitivos, sobre todo ante el riesgo de que sus competidoras extranjeras incursionen al mercado con la mira puesta en las rutas más rentables.
“Se entiende que el Estado tiene el derecho para reservar el cabotaje para su industria nacional. Esa ha sido la columna vertebral de nuestros servicios porque a través de ello se garantiza la soberanía nacional y económica de nuestro país”, dijo ante un púbico compuesto principalmente por pilotos mexicanos y extranjeros.
Al respecto, José Humberto Gual, secretario general de ASPA de México, recordó el caso de Perú, que, al abrir las operaciones de cabotaje a empresas extranjeras, registró una contracción del sector y de sus trabajadores, que fueron contratados por las aerolíneas extranjeras tributando bajo otros regímenes, lo que a su vez dejó un costo de oportunidad en términos recaudatorios.
“Tenemos una falta de supervisión de la autoridad aeronáutica. Llevamos más de 20 años sin una adecuación, somos uno de los peores países para hacer aeronáutica porque nunca le hemos dado certidumbre al empresario, a los trabajadores y a la sociedad”, advirtió.
Incluso Ramón Alcantara Flores, especialista en derecho aeronáutico, consideró que el cabotaje va en contra de la actual legislación más allá de las leyes de Aviación Civil y de Aeropuertos. “Debemos considerar que nuestra Constitución señala en el Artículo 32 que entre los pilotos aeronaves, los mexicanos deben ser preferidos a extranjeros en igualdad de circunstancias, lo cual no sucederá con el cabotaje a aerolíneas extranjeras con tripulación y aeronaves extranjeras”.
De acuerdo con estimaciones de los ponentes, el sector aeronáutico emplea a alrededor de 1.5 millones de trabajadores de manera directa, y concentran alrededor de 3.5% del Producto Interno Bruto.
Al respecto, la diputada María Eugenia Hernández aseguró que se analizará a fondo la iniciativa una vez que el Congreso reanude actividades.
“Me llevo la tarea de hablar con el diputado Mauricio Cantú, que fue el que tuvo a bien abrir este espacio para ustedes y que vamos a hablar con el compañero para que se trace una ruta de trabajo en espera de analizar la iniciativa que llegó aquí a la Cámara de Diputados. (…) Yo no soy la experta, pero he aprendido mucho de ustedes el día de hoy”.