Mazda, que ofrece siete modelos en el mercado mexicano y que se alista para lanzar tres más antes de 2025, ha buscado posicionarse como una alternativa para los consumidores de marcas premium, como BMW, Audi y Lexus.
Hace cuatro años renovó la imagen de sus concesionarios, cambió su slogan "Zom-Zom" por "Feel Alive", y creó un nuevo "lenguaje de diseño". Recientemente, lanzó una nueva plataforma sobre la cual desarrollará cuatro nuevos modelos -CX-50, CX-60, CX-70, CX-90- con los que busca atraer a consumidores de mayor poder adquisitivo.
"Tenemos que ser cuidados de balancear nuestras ventas", añadió Barbeyto durante una entrevista en el marco de la develación del nuevo CX-90, un SUV de tres filas de asientos que sustituirá al CX-9.
Otras marcas como Nissan o Kia han apostado por sus modelos de entrada para elevar sus volúmenes de venta. Versa, por ejemplo, representó 28% de las ventas de Nissan en 2022; mientras que Río generó 57% de las ventas de Kia, según datos de Inegi.
Mazda ve en la concentración de ventas en un solo modelo de entrada un riesgo para el valor de reventa y para el posicionamiento de la marca.
"Nosotros balanceamos el volumen de cada uno de los productos para que no pase lo que dices... que te ubiquen solo por el vehículo de volumen", dice Barbeyto.
Mazda busca 9% de market share, pero no apuesta a un solo modelo
Mazda fabrica el Mazda2, que se ofrece tanto en carrocería sedán como hatchback, en una planta ubicada en Salamanca, Guanajuato, donde también ensambla los modelos Mazda3, CX-3 y CX-30.
En 2022, vendió 48,275 unidades, pero solo 23% (unas 10,965 unidades) correspondieron a Mazda2. Otro 30% de las ventas provino de Mazda CX-5, y 27% de Mazda3, según datos de Inegi.
Para este año, la marca, que busca un 9% de participación de mercado desde el 4.4% con el que cerró 2022, quiere mantener un equilibrio entre los volúmenes de los modelos de mayor demanda.
La marca prevé comercializar unas 6,500 unidades mensuales entre sus modelos Mazda2, Mazda3, CX-30 y CX-5, más otras 1,500 unidades de los otros modelos de su gama, para un total de 8,000 unidades al mes. Un volumen equivalente al 9% de market share en un mercado que mueve unas 90,000 unidades al mes.
"Balanceamos el volumen de cada uno de los productos para que no nos pase que en un mes vendimos 4,000 Mazda2, pero solo 500 unidades de CX-5", detalló Barbeyto.
Uno de los principales retos que enfrenta la marca para elevar sus ventas son las disrupciones logísticas, que alargan los tiempos de entrega de los modelos entre cinco y 10 meses.