La mudanza de la carga del AICM era algo que se preveía desde hace un tiempo, y por ello algunas empresas no se opusieron directamente al decreto del presidente López Obrador. El problema fue el plazo dado a las aerolíneas para dejar el aeropuerto capitalino, de apenas 90 días que fue ampliado a 108 días, cuando la industria pedía entre seis meses y un año.
Este apresurado desalojo ha generado problemas para las empresas que traen y sacan al mercado internacional diversos productos, principalmente de carácter contractual, refiere Gerardo Tajonar, presidente de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).
“Nosotros totalmente preocupados porque nos hemos dado cuenta de que cada día se cumplen menos con los contratos de compraventa internacional que celebramos en diferentes partes del mundo”, explica el especialista. “Al importar o exportar productos con insumos que la autoridad cuida mucho, como los de la industria farmacéutica o bebidas alcohólicas, llegan a tener problemas fuertes de verificación”
Infraestructura suficiente, pero con poco margen
La alternativa del AIFA parece suficiente en términos de infraestructura, pero aún tiene algunos pendientes.
El aeropuerto cuenta con 15 recintos fiscalizados, de las cuales sólo siete tienen el Código de Registro necesario para operar: AAACESA, Interpuerto, JC&JF (socia de DHL), Talma, ATMERCE, Terminal Logistics y Azale del Mar de Cortés.
Un empresario del sector logístico, que pidió no ser citado, también refiere que el aeropuerto sólo cuenta con un recinto fiscalizado con cámara refrigerada y está por abrir un segundo, lo que puede ser un reto para atender toda la carga perecedera del AICM. Además, falta infraestructura para los agentes aduanales, que son los representantes legales de una empresa en una aduana y ayudan en algunos procesos, como el etiquetado de la mercancía.
“Como agente aduanal les piden un gafete emitido por el SAT, además de otro de la Agencia [Nacional de Aduanas de México]. El del SAT no puede ser expedido [en el AIFA] por falta de equipo, pero sí hay equipo para gafetes electrónicos de la ANAM”, refiere.
Los agentes aduanales se han convertido en un aliado cotizado en este proceso, pues su posicionamiento es clave para que la mercancía pueda salir sin contratiempos en una aduana que resulta desconocida.
“Estamos recomendando a nuestros socios que busquen a agencias aduanales acreditadas en aeropuertos como Toluca y el AIFA, sin duda hará que tenga menos dificultades para el cumplimiento de contratos”, explica Tajonar.
De momento, hay otros desafíos que la administración del AIFA ha prometido resolver, como el periodo de hasta 40 días que puede tomar la verificación de la mercancía después de haber sido despachada. Además, las autoridades se han comprometido a mejorar el tema de la inseguridad, que supone un reto en el área donde se encuentra la terminal.
Pese a ello, hay cierto optimismo en el sector de que las áreas de oportunidad del aeropuerto se vayan resolviendo. “Con eso de los 12 almacenes que ya se encuentran, que es el mismo número en cuanto equipo de almacenaje en el AIFA que hay en el AICM, y con el recinto fiscalizado y fiscalizado estratégico, no creemos que haya un día cero [el próximo 7 de julio]”, dice el presidente de la ANIERM.
Aunque las 16 empresas de carga aérea del AICM deben dejar el aeropuerto a más tardar el próximo 7 de julio, apenas un puñado se irá al AIFA. A la fecha, sólo la alemana DHL, la mexicana Estafeta y el grupo europeo Air France KLM Martinair Cargo han confirmado su transición, y todavía está pendiente la confirmación oficial de algunas de las más grandes del sector, como Mas Air, Cargolux y AeroUnion, subsidiaria de la colombiana Avianca.
De manera extra oficial, una fuente habla de la entrada de Mas Air y Ethiopian Airlines, que no ha sido confirmada.