Jaime Gutiérrez Núñez, presidente de la Cámara Minera de México (Camimex), destaca que el aumento de las importaciones “desde ningún punto de vista es positivo”, pues expone un mayor interés de los mercados internacionales por otros productos que no son los mexicanos.
“Nuestras exportaciones seguirían disminuyendo si alguien produce de una mejor manera”, asevera. "Competitividad, esa es la clave".
El incremento en las importaciones va de la mano con la baja en la producción nacional, que retrocedió 0.6% anual en 2022, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Estados Unidos lideró el incremento en las importaciones, alcanzando un total de 6.9 millones de dólares, lo que representa un crecimiento del 20.1%. Canadá también contribuyó con un aumento de 1.3 millones de dólares, experimentando un avance igualmente notable del 20.1%.
En 2018, cuando el territorio nacional concesionado para esta actividad representaba el 10.6%. Sin embargo, para el último año, esta cifra ha descendido a un 8.5%, según datos proporcionados por la Secretaría de Economía. Durante la actual administración morenista, no se ha concedido ninguna nueva concesión para actividades mineras.
“El retraso en el otorgamiento de permisos en particular los ambientales, obligaron a varias compañías a postergar sus proyectos en etapas de exploración, extracción o expansión”, añade el informe anual de Camimex.
Algunos especialistas consideran que la reciente reforma minera, que redujo los periodos de concesiones de 100 a 80 años y otorgó la responsabilidad de las labores de exploración al Servicio Geológico Mexicano, podría tener un efecto desincentivador en el sector. Esto, a su vez, podría resultar en disminuciones de la producción aún más pronunciadas en el futuro.