Patricia Vizcaya, directora jurídica y de normatividad de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), destaca que esta nueva forma de robo ha aumentado aproximadamente un 7% en el último trimestre, según estimaciones del organismo. La Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV) también reporta un incremento similar.
“Ahorita es más rentable llevarse toda la configuración y equipamiento”, menciona Vizcaya, en entrevista con Expansión.
Las zonas consideradas como foco rojo ante el creciente delito son las mismas que desde años atrás el transporte de carga ha considerado como peligrosas y que ha denominado como “el triángulo rojo”, compuesto por Puebla, Hidalgo y Tlaxcala, un listado al que se añade el Estado de México.
David Román, presidente de la ANERPV, revela la existencia de predios diseñados para bloquear la señal GPS de los camiones, facilitando el desmantelamiento en deshuesaderos. Estos sitios se han vuelto puntos críticos en la operación de este nuevo mercado negro de autopartes. Aunque se ha informado a la Guardia Nacional, las autoridades aún no han abordado de manera efectiva esta problemática.
“En ciertos predios hemos encontrado túneles para que no tengan señal GPS y lo puedan empezar a destartalar", detalla, en entrevista con Expansión.
Empresas del sector, como Idealease, han estimado un aumento del 15% en este nuevo modus operandi. El incremento del riesgo delictivo también está impactando en las primas de seguro, según Fernando Noriega, director de la compañía en México.
"Los delincuentes desmantelan los camiones robados y venden sus partes en el mercado secundario. En el pasado, si un camión era sustraído, eventualmente se recuperaba. Sin embargo, en la actualidad, la recuperación de los vehículos robados se ha vuelto más improbable, lo que resulta en un aumento de los costos tanto en el ámbito de los seguros como en la distribución", dice Noriega.
Venta de las refacciones robadas
En la Ciudad de México, se han identificado lugares específicos donde se comercian con fuerza estas mercancías robadas, como el mercado de la San Felipe y Las Torres. A pesar de la evidencia de estos mercados negros, las autoridades no han tomado medidas significativas.
Román sugiere que el crimen organizado está diversificando sus actividades, encontrando en el deshuesamiento de camiones una nueva línea de negocio. Advierte sobre la importancia de que las autoridades regulen de manera más estricta la compra de vehículos usados para frenar la demanda y, por ende, reducir la oferta de autopartes robadas.
"En el pasado, la adquisición de vehículos usados no era común, pero la existencia de una oferta sugiere la presencia de una demanda latente. Por esta razón, resulta crucial que las autoridades dirijan su atención hacia la demanda, adoptando regulaciones más rigurosas en el proceso de compra de vehículos y estableciendo controles más estrictos. Al bloquear esta demanda, se puede lograr la reducción de la oferta del mercado ilícito", afirma Román.