El Gobierno de México adquirió este año la marca Mexicana de Aviación en un acuerdo valuado en 816 millones de pesos, incluyendo 14 filiales y dos edificios de instalaciones de la aerolínea.
La fecha originalmente programada para el vuelo inaugural era el 1 de diciembre, pero la obtención de un certificado para operar y hacer uso del espacio aéreo ha presentado obstáculos para la recepción de los aviones.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) anunció en agosto que el gobierno arrendaría 10 aviones Boeing 737-800, con entrega programada para septiembre y octubre. Sin embargo, hasta el momento, no se han proporcionado detalles formales sobre su llegada. Ante esta incertidumbre, la aerolínea exploró la opción de utilizar aviones Embraer y, más recientemente, anunció que comenzará operaciones con tres aviones Boeing 737-800 de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).
El gobierno también tuvo que suspender la venta de boletos en octubre y el mes pasado anunció un plan de compensación para aquellos clientes que pudieran verse afectados por la cancelación de algunas rutas inicialmente anunciadas. La aerolínea ha reducido la oferta de destinos de 20 a nueve, con cambios en la red que incluyen la cancelación de vuelos a destinos como Ciudad Juárez, Cancún y La Paz.
A pesar de los desafíos, el presidente mantiene su determinación de iniciar operaciones el 26 de diciembre, utilizando como base el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y el nuevo Aeropuerto Internacional de Tulum como base secundaria.