La carretera 57 se ha convertido en un punto clave para el comercio ilegal de combustible. Esta vía, siendo uno de los principales corredores del país, facilita el transporte de carga y personas hacia Estados Unidos. Sin embargo, el intenso tráfico de camiones ha generado un negocio lucrativo de extracción y venta ilegal de combustible, conocido como "huachicol", así como también ha propiciado asaltos a camiones y robos de mercancías.
Seis de los ocho estados atravesados por esta vía se encuentran entre los 13 estados que reportaron el mayor número de denuncias en 2023 por el robo de combustible a los ductos de Pemex ante el Ministerio Público federal.
Hidalgo lidera la lista con 1,499 denuncias reportadas el año pasado, seguido por el Estado de México con 1,221. En quinto lugar se ubica Nuevo León con 630 denuncias, mientras que Guanajuato ocupa la octava posición con 346. Coahuila y Querétaro se sitúan en el décimo y el onceavo lugar, respectivamente, con 283 y 264 carpetas, según los datos proporcionados por la Fiscalía General de la República (FGR).
Pero la compraventa de combustible robado no es el único problema que se registra en esta vía. Estos estados, sumados a Ciudad de México y San Luis Potosí también experimentaron un total de 1,650 robos en 2023, representando el 48.6% del total de robos a vehículos, según la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (Anerpv).
Robos al transporte de carga, el otro problema
Edomex lidera en cantidad de robos con 894 delitos, seguido de Querétaro con 107 incidentes. “Hay muchos parques industriales además de que están establecidas muchísimas empresas a lo largo de este corredor, lo que ha incrementado el flujo de camiones”, menciona David Román, presidente de la Asociación.
La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) señala que ciertos tramos, como San Rafael-Matehuala y los alrededores de San Luis Potosí, Querétaro y Estado de México, son especialmente peligrosos, donde los asaltos ocurren independientemente de si los camiones transportan carga o no. Los robos suelen implicar combustible, medicamentos y acero, con casos en los que se lleva la carga y se retorna el camión, así como situaciones en las que la carga y el camión desaparecen por completo.
Aunque los transportistas han invertido en dispositivos de seguridad, con un costo de alrededor de 30,000 pesos por camión y 5,000 pesos mensuales por el servicio, los delincuentes utilizan inhibidores de señal, lo que dificulta su recuperación.
A diferencia de lo que se podría pensar, la mayoría de los robos se producen durante el día. Entre las 7 y las 12 horas se registra aproximadamente el 31% del total, seguido por el período de 12 a 19 horas, que representa el 27%.
Los lunes y domingos son los días con menos incidencia de robos, cada uno de ellos acumula el 9% del total. Por otro lado, los viernes podrían considerarse como los días de mayor riesgo, con un 19%, seguido de los martes y jueves, que registran un 17% cada uno.
La peligrosidad de esta carretera es solo una faceta de un problema que afecta a todo el país. La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) solicitó en febrero pasado medidas urgentes para detener el creciente robo de mercancías en las carreteras. En 2023, se reportaron 13,848 delitos de este tipo, lo que representa un aumento del 6% respecto al año anterior.
Este incremento no solo se traduce en mayores costos para los consumidores, daños a las exportaciones y pérdidas humanas entre los operadores de camiones, sino que también plantea riesgos para la economía. Con base en un estudio que elaboró la Canacar, el robo al transporte de carga equivalía a 2% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.