Pasados aproximadamente otros 20 minutos, los delincuentes instruyeron a las víctimas a subir a otro SUV. A bordo de este segundo vehículo, se encontraban tres individuos jóvenes, aparentemente menores de 30 años, quienes consumían cocaína, bebían y manipulaban cartuchos. La camioneta se puso en marcha mientras los delincuentes, en un estado alterado, aseguraban a las víctimas que no les sucedería nada malo.
El vehículo se detuvo en un pueblo cercano. Los delincuentes les indicaron que descendieran lentamente, mientras otro individuo retiraba sus pertenencias de la parte trasera del vehículo. Después de entregarles sus pertenencias, carteras e identificaciones, los delincuentes les instruyeron que caminaran en una dirección específica sin volver la vista atrás, ni buscar ayuda ni denunciar el incidente ante las autoridades. "En ese momento pensé que nos iban a disparar". Sin embargo, la camioneta arrancó y se alejó de la escena.
Las víctimas, al revisar sus pertenencias, descubrieron que su dinero y tarjetas estaban intactos, lo que sugiere que los asaltantes eran profesionales y su único objetivo era el robo del vehículo.
Tomaron un taxi para continuar su viaje a Guadalajara, pero notaron la presencia constante de tres vehículos que los seguían de cerca, lo que los llevó a sospechar que aún estaban siendo vigilados. Decidieron guardar silencio durante todo el trayecto y evitar cualquier contacto con los habitantes del pueblo, el taxista y otros transeúntes, pues temían represalias por parte de los delincuentes.
Un mercado negro de SUV
David Román, presidente de ANERPV, señala que si bien muchos de los vehículos SUV robados terminan siendo utilizados para otros delitos por el crimen organizado, algunos de ellos son exportados a Europa, lo que plantea la existencia de un mercado negro de estos vehículos en el extranjero.
"Al parecer, existe un mercado clandestino para vehículos de alta gama y SUV que, una vez robados, son canalizados hacia los puertos y posteriormente aparecen en otros países.", explica.
Este fenómeno no se limita únicamente a Jalisco, sino que se ha propagado por la región occidental, incluyendo Michoacán y Colima. Un testimonio de un transportista, recogido por Expansión, relata cómo partió del puerto de Manzanillo, Colima, con una carga de ocho SUV recién llegadas de China con destino a Querétaro. Sin embargo, estas no lograron llegar a su destino, ya que entre Yurécuaro y La Piedad, Michoacán, dos camionetas las interceptaron utilizando el mismo modus operandi: amenazaron al chofer de la madrina con armas largas para obligarlo a detenerse en medio de la carretera.