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Los dos caminos energéticos: continuidad moderada o la apertura a los privados

Las propuestas de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez alrededor de cómo debería operar la industria energética representan visiones divergentes sobre cómo enfrentar la transición energética.
mié 29 mayo 2024 05:28 PM
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Ambas candidatas tienen planes claros para las empresas estatales: Gálvez con la experta crítica del gobierno Rosanety Barrios, y Sheinbaum con el académico Jorge Islas.

La contienda electoral del próximo 2 de junio se ha cerrado a dos contendientes: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Pero más allá de los nombres, lo que está en juego son dos caminos distintos para el futuro del mercado eléctrico y petrolero de la nación.

El sector energético mexicano se encuentra en un momento crítico. La transición energética no solo es inevitable, sino que se ha convertido en una prioridad global. La producción petrolera, una vez columna vertebral de la economía, está en declive, mientras que el país enfrenta demandas eléctricas sin precedentes debido a las olas de calor y sequías cada vez más severas. En este contexto, las propuestas de Sheinbaum y Gálvez representan visiones divergentes sobre cómo enfrentar estos desafíos.

La primera diferencia radica en quienes lideran los equipos. Del lado de Xóchitl Gálvez está la exfuncionaria de la Secretaría de Energía, Rosanety Barrios, una experta en el mercado eléctrico y crítica del gobierno obradorista. En la esquina de Sheinbaum y liderando los trabajos está Jorge Islas, un académico renombrado. Ahí se desprende la primera diferencia.

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Xóchitl Gálvez, llevar a Pemex más allá del petróleo

El equipo de Gálvez define el periodo de López Obrador como “tiempo perdido”, así lo ha dicho Rosanety Barrios en una entrevista en marzo pasado. Así, la intención de la candidata y su equipo vira hacia llevar a Pemex a ser más allá de una empresa petrolera.

No ha puesto una cifra de petróleo que les gustaría producir, pero ha asegurado que adentraría a la compañía en otros negocios que la volvieran más rentable: la producción de hidrógeno, la cogeneración y la producción de energía para que la petrolera compita con los privados.

"Lo que tienes que hacer con las empresas del Estado es modernizarlas, convertirlas en empresas del siglo XXI que operen con muy bajas emisiones, que ganen dinero o, por lo menos,que dejen de perder”, dijo Barrios en una entrevista que dio a Expansión hace unas semanas.

La apertura hacia los participantes privados no está en duda. Hablan de una apertura total a toda la cadena de valor con base en los mecanismos que ya prevé la constitución. El equipo no ha sido claro sobre qué postura tomará hacia la producción de refinados, pero han dejado claro que la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, tendrá que funcionar.

El equipo también se ha dicho preocupado por la calificación crediticia de la petrolera, cuyos bonos cotizan por debajo del grado especulativo. Dicen que harían un plan basado en la transición energética, en la entrada de Pemex al mercado de renovables para así lograr que de nueva cuenta los inversionistas confíen en las compañía. También hablan de una apertura del sector minero al mercado privado, uno que se cerró en este sexenio.

Claudia Sheinbaum y su apuesta por la continuidad

El equipo de Sheinbuam ya le ha puesto una cifra a su meta petrolera: dicen que buscarán producir 1.8 millones de barriles diarios, una cantidad mucho menor a la que se estableció este gobierno, que quería lograr por encima de los 2.6 millones de barriles, pero cuya producción está debajo de los 1.5 millones de barriles. Pero los apoyos a la petrolera continuarán.

“Si no se completa en este sexenio (el rescate a Pemex) se va a seguir apoyando a Pemex hasta que se tengan las condiciones para que salga por sí sola”, dijo Islas en una entrevista en abril pasado.

Con ello, el académico se refirió a que el gobierno morenista, en dado caso de ganar en las urnas, continuará con los apoyos fiscales y las inyecciones financieras para apoyar a una petrolera que aún no puede hacerse cargo de sus finanzas sola. Pese a lo anterior, el cierre a los privados no está contemplado, pero los esquemas aún son poco claros.

Islas, en su momento, no detalló en qué áreas podrán participar las compañías, pero dijo que en el segmento de transmisión y distribución de electricidad –una en la que solo participa el estado– podrán entrar las compañías privadas. Los planes de las dos candidatas tienen un común denominador: la transición energética y el impulso a negocios como el hidrógeno.

Aunque ninguna de las dos ha dado detalles de cómo operarían. Hace unos meses Sheinbaum planteó a un grupo de empresarios una inversión cercana a los 13,000 millones de dólares en proyectos eléctricos, en los que estarían incluidos. Aquí la principal diferencia con el obradorismo y su cierre por completo ante los privados.

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