La primera señal de Pemex para el mercado la dio hace un par de meses cuando publicó su plan de sostenibilidad —de la mano con la consultora S&P Global— y en él marcó la posibilidad de entrar a negocios como el hidrógeno, la cogeneración y la puesta en marcha de electrolineras.
Lo escrito en el documento contrasta con lo hecho durante este sexenio. Pero su contenido ya ha sido abrazado por la presidenta electa, quien ha dicho en reiteradas ocasiones que en éste basará su plan para la compañía. Una afirmación que podría ser confirmada o desmentida una vez que se dé a conocer quién ocupará el puesto de director de la estatal petrolera.
Pero mientras eso sucede, Pemex asegura que ya ha comenzado a tomar acciones para reducir el impacto de sus actividades y que ello ya es visible en los datos.
La petrolera dice, por ejemplo, que durante el año pasado –el dato más reciente– sus emisiones directas de gases de efecto invernadero se redujeron en 11.6% a 61 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente. La cifra, según los registros, es la más baja desde 2019, cuando la estatal emitió 48 toneladas de dióxido de carbono equivalente, una medida que incluye también al metano y al óxido nitroso.
De la cantidad total de emisiones del año pasado, el 69% ha sido dióxido de carbono, 31% de metano y el 0.04% de óxido nitroso.
En 2021, Pemex llegó a un registro récord con la emisión de 71.1 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.
La reducción, de acuerdo con lo explicado por la compañía, tiene como origen “la mejora en el desempeño en complejos procesadores de gas, a la implementación y entrada en operación de proyectos de infraestructura enfocadas en incrementar el manejo y aprovechamiento de gas asociado en exploración y producción, y al cierre de pozos con alta proporción de gas”.
La refinación de crudo se alza como la principal actividad que genera emisiones de gases contaminantes. La exploración y producción de crudo continúa en el segundo sitio de la lista.
Uno de los principales problemas de la estatal está relacionado con la poca infraestructura para procesar gas que tiene en pozos, como Quesqui e Ixachi, y la priorización del gobierno federal por incrementar la producción de crudo. Así, la compañía, en búsqueda de mantener o crecer sus cifras de petróleo ha quemado grandes cantidades gas, que después es liberado en el ambiente en forma de metano.
Esta explicación coincide con las cifras de la compañía, que asegura que poco más del 57% de las emisiones provino de la quema de combustibles en equipos. Que el 35.7% tuvo como origen el envío de corrientes de quemadores de desfogue y el 7.1% por venteos.
El metano, otra de las cifras que son más seguidas por las agencias e inversionistas, tuvo una baja anual de 14% durante el año pasado, según el reporte de la estatal.
Pemex se ha comprometido a reducir sus emisiones de metano en un 30% hacia 2030, tomando como base los niveles de una década anterior. En junio de 2022 la estatal anunció una inversión de 2,000 millones de dólares para reducir la emisión de este gas, pero hasta ahora los avances sobre la estrategia aún son pocos.