La armadora sueca de vehículos Volvo eligió a Monterrey, Nuevo León, como sede de su nueva fábrica norteamericana de camiones pesados, previendo que la construcción cueste alrededor 700 millones de dólares.
La planta abastecería a los negocios Volvo Trucks y Mack Trucks del grupo en Estados Unidos y Canadá, así como a Mack Trucks en México y Latinoamérica. El plan de la compañía es que ésta comience a operar en 2026.