En línea con esta relevancia, la inversión en reputación ha experimentado un crecimiento en los últimos años. Actualmente, más del 70% de las empresas mexicanas asignan recursos para fortalecer su reputación corporativa, esto es, un incremento de 17.5 puntos porcentuales en comparación con la edición anterior del estudio.
Sin embargo, Clara Fontán, directora de Inteligencia de Corporate Excellence, advierte que “la falta de métricas claras para evaluar el impacto de la reputación sigue siendo uno de los principales retos. Sin datos concretos, las empresas no pueden demostrar cómo sus esfuerzos en este campo se traducen en valor tangible”.
El informe también revela que la reputación en México está altamente influenciada por factores como el cumplimiento ético, la transparencia y la gestión de crisis. Pero áreas como la digitalización y la inteligencia artificial, que en otros mercados ya son fundamentales para construir reputación, aún no se consolidan como prioridades en el país. Solo 42% de las organizaciones mexicanas está trabajando activamente en estrategias de digitalización para mejorar su reputación.
Comparaciones internacionales
La gestión de la reputación y la sostenibilidad corporativa presentan prioridades diferentes según el contexto de cada país. En España, la sostenibilidad lidera la agenda empresarial con un 73.3% de las organizaciones que priorizan este ámbito, enfocado en la transición hacia modelos de negocio alineados con las metas de descarbonización de la Unión Europea.
En contraste, en México, la sostenibilidad ocupa el segundo lugar con un 53.3%, que evidencia una menor integración de prácticas ambientales en comparación con Europa, debido en parte a las expectativas de los consumidores mexicanos, quienes valoran más las acciones tangibles hacia sus comunidades que los compromisos ambientales abstractos.
En América Latina, la reputación también se posiciona como una prioridad, con un 59.5% de las organizaciones enfocadas en gestionarla. Sin embargo, los recursos destinados a la sostenibilidad son más limitados en comparación con España, donde las regulaciones y la conciencia social han impulsado inversiones mayores.
En Estados Unidos, en cambio, las empresas dirigen sus esfuerzos hacia la innovación tecnológica y la diversidad como pilares fundamentales de su reputación. Un 55.3% prioriza estrategias relacionadas con la digitalización y la ciberseguridad, áreas que fortalecen su percepción pública y refuerzan su competitividad.
En Asia, países como Japón y Corea del Sur sobresalen por integrar la sostenibilidad ambiental y la innovación en sus estrategias de reputación. Estas naciones han logrado posicionarse como líderes globales gracias a una combinación de tecnología avanzada y valores culturales profundamente arraigados.
La variabilidad en las prioridades muestra cómo los contextos locales influyen en la gestión de intangibles como la reputación y la sostenibilidad. En regiones con alta presión regulatoria y conciencia ambiental, como Europa, la sostenibilidad lidera las inversiones. Por el contrario, en mercados como México y América Latina, la reputación corporativa sigue siendo clave para construir confianza y legitimidad.
Mauricio Gutiérrez, CEO de Burson México, comenta que “aunque las prioridades varían entre países, la conexión entre sostenibilidad y reputación es innegable. Las empresas que integran estos aspectos en sus estrategias tienen más posibilidades de ganar la confianza de sus grupos de interés”. En México, esto representa una oportunidad para cerrar la brecha entre percepción y acción, y más en temas relacionados con la inclusión y la equidad.
Los nuevos ejes de la reputación
Por otro lado, el liderazgo responsable ha cobrado importancia en México, donde 63.9% de las organizaciones considera este punto como una prioridad estratégica, y esto se alinea con tendencias globales que demandan a los líderes tomar decisiones que beneficien tanto a la empresa como a la sociedad.
Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence, enfatiza que “el liderazgo responsable no se limita a cumplir con estándares éticos; se trata de actuar con coherencia y visión a largo plazo. Las empresas que demuestren un compromiso real con sus valores serán las que lideren”.
Por otro lado, el informe menciona que la reputación corporativa se está entrelazando con el bienestar de los empleados. En México, 55% de las empresas está enfocando esfuerzos en fortalecer su cultura organizacional como parte de su estrategia reputacional. Esto incluye desde políticas de flexibilidad laboral hasta programas de desarrollo profesional que buscan mejorar el compromiso y la lealtad de los trabajadores.
La evolución de la reputación corporativa en México refleja un cambio de paradigma en la forma en que las empresas valoran este intangible. Para Mauricio Gutiérrez, “la reputación no es un fin en sí mismo, sino un medio para construir confianza. Las empresas que lo entiendan podrán consolidar relaciones más sólidas con sus grupos de interés y responder mejor a los desafíos del mercado”.
A medida que México avanza hacia 2025, las empresas enfrentan el desafío de integrar de manera efectiva sus estrategias de reputación, sostenibilidad y liderazgo responsable. Esto implica invertir más recursos y desarrollar métricas claras que permitan medir el impacto de estas iniciativas.
