En 2024, la producción de tequila alcanzó los 495.8 millones de litros, de los cuales más de 334 millones se enviaron a Estados Unidos. Este país sigue siendo el principal receptor, con un crecimiento del 4% en las exportaciones, pasando de 321.5 millones de litros en 2023 a 334.7 millones en 2024.
Sin embargo, otros mercados presentan signos de desaceleración. España, el segundo destino más importante, registró una caída del 7.9% en sus importaciones de tequila, mientras que Alemania, el tercer mercado en volumen, tuvo una baja del 9.9%.
Ante este panorama, Asia aparece como una opción de crecimiento. China, que en 2023 ocupaba el puesto 14 en el ranking de importadores de tequila, escaló al sitio 11 en 2024 con un alza del 21.1% en sus compras. India, por su parte, creció un 9.2% y pasó del puesto 19 al 16 en el mismo periodo.
China, con una creciente clase media y un interés en destilados premium, representa una apuesta de largo plazo. Sin embargo, consolidarse en este mercado requiere estrategias específicas, como mayor promoción, educación sobre el producto y alianzas con distribuidores locales.
India también es un mercado atractivo, aunque enfrenta desafíos regulatorios y fiscales. A pesar de ello, su población joven y el auge de la cultura de bares y cocteles lo convierten en un destino interesante para el crecimiento del tequila.
Para que la expansión sea exitosa, los tequileros deberán adaptarse a las preferencias locales. En China, por ejemplo, los destilados con mayor graduación alcohólica tienen mejor aceptación, lo que podría implicar ajustes en los perfiles de producto o estrategias de mercadeo.
“La idea es consolidarnos en la Unión Europea y explorar mercados tan atractivos como China e India, que pueden detonar nuevamente la categoría y elevar las exportaciones”, señala Muñoz.
Las margaritas se quedan en EU
Este proceso de diversificación no significa que Estados Unidos deje de ser fundamental para la industria. Más bien, la estrategia busca reducir la vulnerabilidad ante decisiones comerciales unilaterales, como eventuales aranceles o restricciones que afecten el acceso del tequila al mercado estadounidense.
En el pasado, los importadores de tequila en Estados Unidos se beneficiaron de un descuento fiscal del 80% en impuestos a bebidas alcohólicas durante dos años, lo que impulsó las exportaciones, en especial de pequeños y medianos productores. Sin embargo, en la nueva administración de Donald Trump, las señales han sido menos claras.
El sector permanece cauteloso, aunque confiado en que el tequila logrará sortear cualquier golpe comercial. “Con el posicionamiento que tiene el tequila y la creatividad de la cadena productiva, podremos paliar esta situación”, sostiene Muñoz.
Las claves de la competitividad
Uno de los factores clave en la resiliencia del tequila es su capacidad para atender distintos segmentos de consumidores. A pesar de los ajustes económicos, el CRT reporta crecimiento en el volumen de compras en diferentes categorías, lo que demuestra la fortaleza del producto en el mercado internacional.
Para mantener la competitividad, los productores deberán cuidar sus márgenes y diseñar estrategias que les permitan conservar su presencia en los anaqueles. Esto implica tomar decisiones financieras prudentes sin comprometer su posicionamiento.
“El tequila está acostumbrado a épocas complicadas. Quizá habrá que reducir un poco la promoción o ajustar costos, pero lo esencial es no perder espacio en el mercado”, enfatiza Muñoz.