Al final, en la suma y resta de puntaje de 37 factores para lograr la estampa ESG, el fondo cotizado alcanza una calificación “no excepcional” de BBB, de acuerdo con MSCI, artífice de la metodología ESG para este índice y que califica a 8,500 empresas y 680,000 instrumentos sobre su resiliencia a riesgos de sustentabilidad. La nota está en el punto medio de una tabla de calificaciones que van de la triple C a triple A, un sistema similar a la calificación de la nota soberana.
“Esa es la línea entre el ‘greenwashing’ y ESG”, dice Edgar Guerra, vicepresidente senior de la firma estadounidense Morningstar Indexes. Guerra no es ajeno a la construcción de un ETF y al análisis de riesgo y asset management, tiene casi dos década de experiencia, de ahí que concluya que si existe un riesgo alto en los principios ambientales, sociales y de gobernanza en una empresa, no debe ser incluida en un fondo ESG.
Cada quien mide con su propia regla
La incorporación de empresas, que no siempre cumplen al 100% con los criterios sustentables, en índices ESG se le conoce con el anglicismo ‘greenwashing’. Pero la línea entre esta pretensión y los activos 100% sustentables no es tan fácil de trazar.
Como muestra está Grupo México. Las acciones del conglomerado, que integra negocios de minería, transporte e infraestructura para el sector energético, están entre los cinco activos que más peso tienen dentro del índice ETF iShares ESG MSCI México. Para MSCI, Grupo México -con calificación B- está dentro del grupo de mineras que están rezagadas en temas de medio ambiente, administración laboral y gobierno corporativo. Incluso, para la calificadora Sustainalytics, la empresa de Germán Larrea, uno de los hombres más ricos del país, tiene un “riesgo severo” en temas ESG.
A pesar de estas calificaciones, la metodología de MSCI permite que Grupo México sea incorporada en el fondo cotizado de BlackRock con la etiqueta ESG. En otros instrumentos etiquetados como sustentables con otros parámetros, Grupo México es desechado, como el índice impulsado por Standard & Poors y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV): el S&P/BMV Total Mexico ESG Index.
Esta disparidad en las metodologías e interpretación de la sustentabilidad deriva en la falta de claridad para diferenciar entre los activos realmente sustentables y los que pretenden serlo.
Esto no es problema de sólo dos empresas. Según los últimos datos recopilados por la Iniciativa Global de Calificaciones Sustentables existen más de 100 firmas proveedoras de datos y calificaciones ESG, todas con sus propias metodologías, datos, investigación y notas. “El problema es que cada quien tiene sus metodologías, entonces no hay homogeneidad para otorgar calificaciones”, comenta Esteban Polidura, director de asesoría y productos para la región de América del banco de inversión Julius Bär.