Para Katrin Ganswindt y Jacey Bingler, integrantes de la organización alemana no gubernamental Urgewald, Vanguard o BlackRock no han alineado el dinero con el discurso que promueven. Esta organización no lucrativa sustenta estos argumentos en una investigación que recientemente publicó y que reveló que los dos gigantes gestores de activos combinan 170,000 millones de dólares en sus portafolios de inversión en la industria de carbón.
“Sin remover realmente sus miles de millones de activos bajo administración de los combustibles fósiles, los acuerdos climáticos no pueden ser efectivos y (los administradores de activos) no serán tomados en serio”, respondieron vía correo electrónico Ganswindt y Binger. “Los grandes dueños de los activos necesitan tomar seriamente su influencia considerable y responsabilidad como accionistas, lo que significa que necesitan potencialmente votar en contra de consejos, ejecutivos y administradores de empresas cuyo negocio esté dañando a la gente y al planeta”.
BlackRock no estuvo disponible inicialmente, pero tras la publicación contactó a Expansión para explicar la metodología que utiliza para integrar el fondo cotizado iShares ESG MSCI Mexico y, en general, el diálogo que mantiene con las empresas en las que tiene participación accionaria para impulsar temas de sustentabilidad, sociales y de gobernanza.
Sergio Mendez, director general de BlackRock en México, y Nicolás Gómez, jefe de productos de América Latina, confirman que la metodología que utilizan gestores de activos como BlackRock para construir un fondo ESG es tener mayor peso en empresas con mejor calificación ESG y disminuir la exposición en las de menor nota.
“La idea de esto es que son exposiciones que optimizan y que mejoran tu exposición en el concepto de ESG”, dijo Gómez. “Así es la forma en que se está moviendo al mundo del ESG”.
A pesar de que existen nueve empresas dentro del fondo cotizado que tienen un rezago en sustentabilidad, como lo refleja la calificación de MSCI, al final el incorporar a otras con mejor nota crea este rebalance en el ranking final del ETF.
La duda entre algunos inversionistas y estrategas de ETF es si esto puede ser denominado ESG. Pero para BlackRock esta es la única manera para generar interés en las inversiones sustentables con rendimientos atractivos y presionar a las empresas para generar cambios al interior y mejorar sus notas. En caso de no mejorar, dejárselo a las reglas del mercado: un costo mayor. Claro que para que esto último se cumpla debe de existir la demanda suficiente por instrumentos financieros ESG. “Si empiezas a generar exclusiones en una estadía tan temprana, lo que haces es aumentar el error de seguimiento en los portafolios y eso hace que por regulación le cueste muchas veces tomar esas decisiones a las propias Afores o algunos inversionistas” dice Mendez.
Vanguard también cree que cuidar el medio ambiente, a la sociedad y tener una buena gobernanza están alineados con sus votaciones y que agregan valor en el largo plazo, explicó en entrevista previa Juan Hernandez, director en América Latina de Vanguard. “Las propias empresas se están dando cuenta de que hay que cuidar estos factores”, dijo Hernández.
Lo cierto es que no todas están cambiando tan rápido como lo demanda el mercado. La cantidad de activos ESG que incorporan los portafolios gestionados por profesionales exceden los 17.5 billones de dólares a nivel global, y los productos relacionados con la sustentabilidad disponibles entre los inversionistas retail e institucionales exceden el billón de dólares, de acuerdo con cifras recopiladas por la Organización para la Cooperación y Estudios Económicos en su estudio “ESG investing: Practices, progress and challenges”.
No sólo eso, las grandes potencias como Estados Unidos y China trazan lineamientos para impulsar las inversiones libre de carbono.
Para Guerra todo es cuestión de tiempo para dar el golpe de timón hacia una sustentabilidad transparente y que premie a las empresas que logren incorporar estos cambios. “Las empresas ganadoras en esta industria serán las que tengan una metodología más transparente y más justa, y son las empresas a las que los inversionistas van a recurrir”.
Con información de Rosalía Lara.