En el caso de Christie’s, la subasta del token digital de la obra “Everydays: The First 500 Days” del artista estadounidense, Mike Winkleman, conocido como Beeple alcanzó los 69 millones de dólares. Poco después su rival Sotheby's subastó miles de tokens no fungibles (NFTs) de cubos creados por el artista digital (se desconoce si es una persona o un grupo de artistas) conocido bajo el pseudónimo Pak. La histórica subasta de tres días sumó 16.8 millones de dólares, según informó la misma casa de subastas.
¿Qué recibían estas personas? Nada físico. Ni una copia ni los derechos de la obra, sólo un token que les permite ostentar que poseen algo único, la obra original.
¿Qué es un NFT?
Los NFT son tokens que son equivalentes a certificados digitales de autenticidad y que son verificados a través de blockchain, que es el libro de contabilidad descentralizado que registra estos activos únicos, y así pueden venderse en el mundo digital.
Estos tokens no sólo se mueven en el mundo artístico. El mercado es tan amplio que incluye nombres, columnas digitales de periódicos, edificios virtuales, avatares y hasta tuits. En este espacio virtual, conocido como metaverso, se mueven millones de dólares.
Tan sólo en 2020, el valor de mercado de NFT ascendió a 338 millones de dólares, un incremento de 138.8% con respecto al año pasado, de acuerdo con el reporte Non Fungible Tokens Yearly Report del sitio especializado NonFungible con la colaboración de L’Atelier, la unidad de tecnología e innovación del grupo financiero BNP Paribas.
En este año, los NFT parecen estar por doquier, hasta empresarios entraron al mercado. Jack Dorsey, cofundador de Twitter, subastó el token de su primer tuit. El resultado: 2.9 millones de dólares para Dorsey, quien dijo haber donado el dinero en bitcoins.