La recaudación de fondos y la receptiva actitud de los inversionistas tienen mucho que ver con AMLO, como se le conoce al presidente. A principios de este año, presionó por un proyecto de ley que priorizara la energía de CFE. Las empresas privadas que quedaron fuera por su decisión se quejaron abiertamente y los tribunales de México suspendieron la legislación. En respuesta, López Obrador prometió impulsar reformas constitucionales para defender a la empresa.
Independientemente de cómo se desarrolle eso, el productor de energía favorito de AMLO necesita aumentar el gasto de capital para ser competitivo, y los inversionistas en bonos parecen ansiosos por seguir ese camino.
“CFE es tan cuasisoberana como parece, y bajo (el gobierno de) AMLO, aún más”, señaló Roger Horn, estratega sénior de SMBC Nikko Securities America en Nueva York. Horn sostiene que una nueva emisión debería ser bien recibida por el mercado. “Su administración está cambiando las políticas para favorecer a la CFE por sobre el sector privado, por lo que necesita invertir en gasto de capital para nuevos proyectos”.
La empresa no respondió a los mensajes en busca de comentarios.
Para los inversionistas, la deuda de CFE parece relativamente segura. Moody’s Investors Service calificó los bonos a 2033 recién emitidos en ‘Baa1’, tres escaños por encima del grado especulativo, aludiendo al respaldo implícito del gobierno mexicano. El precio de los bonos se fijó en alrededor de 265 puntos básicos sobre los bonos a 10 años del Tesoro de Estados Unidos.
Pero CFE no enfrenta un camino fácil. Dado que hay menos compañías privadas que cubran la brecha, la empresa debe desarrollar capacidad para satisfacer la demanda. En febrero, CFE se vio obligada a implementar apagones sucesivos luego de las heladas que azotaron el norte de México.
La compañía anunció recientemente una coinversión con el estado de Sonora para construir la octava planta de energía solar más grande del mundo en Puerto Peñasco, pero no entraría en funcionamiento hasta 2023.
Sus bonos atravesaron una mala racha a principios de este año, para caer en febrero y marzo en medio de las tormentas y la volatilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Pero la percepción ha cambiado. Los 1,200 millones de dólares en notas de la compañía con vencimiento en 2031 han subido 3.5 centavos por dólar desde un mínimo en marzo, y ahora cotizan cerca de 99.9 centavos. En junio, el diferencial de los bonos frente a los títulos equivalentes del Tesoro se redujo a 182 puntos básicos, por debajo de un máximo de 223 puntos básicos a principios de año, aunque los diferenciales se han ampliado este mes en medio de un retroceso de los activos más riesgosos.
Es probable que aparezcan más bonos, lo que representa otra prueba para la empresa.
Para CFE, “esperamos un incremento adicional en la deuda dado que el sector privado no va a invertir”, dijo en una entrevista Roxana Muñoz, analista de Moody’s.