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Pemex desaira a los inversionistas interesados en la sustentabilidad

En un mercado que cada vez se fija más en las prácticas ESG de las empresas, Pemex debe mejorar en estos rubros o corre el riesgo de perder inversionistas.
mar 03 agosto 2021 04:59 AM
PEMEX
La empresa tiene un grado de riesgo severo en temas ASG, de acuerdo con Morningstar.

Una regla no escrita entre las calificadoras que miden factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) para vislumbrar si una empresa está comprometida con estos temas es observar qué tanto interés ponen los directivos en los objetivos de sostenibilidad. Entre estas calificadoras muchas cejas se habrían levantado al escuchar que los directivos de Pemex relegaron los indicadores de sostenibilidad de la petrolera al final de su presentación. “En atención al creciente interés de los inversionistas y de la comunidad internacional en estos temas relacionados con políticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (...) hemos incluido en esta presentación una sección con información relevante. Por cuestiones de tiempo, no vamos a poder revisarla a detalle”, dijo Lucero Medina, jefa de la oficina de relación con inversionistas, durante la llamada para presentar sus resultados financieros del segundo trimestre de 2021.

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En una industria que enfrenta una crisis existencial al tener que quitarse el estigma de ser uno de los sectores más contaminantes en un escenario en el que hay un auge por las inversiones sostenibles, cualquier paso en falso es notorio. El comentario que lanzó Medina refleja que la petrolera mexicana va en contrasentido del mercado ASG, también nombrado ESG por sus siglas en inglés.

Pemex destaca entre las empresas productoras de combustibles que representan un riesgo severo para la sostenibilidad, de acuerdo con el ranking de Sustainalytics, una firma de Morningstar que mide a cientos de empresas en factores ASG.

Del total de productores de gas y petróleo, Pemex ocupa el lugar 255 de un total de 282 con una calificación de 58.4, lo que la coloca en un grado de riesgo severo. Un año atrás, la nota de la petrolera era de 56.7 puntos, de acuerdo con cifras de Sustainalytics.

En el segundo trimestre de 2021, la empresa estatal envió un tercio más de gases a la atmósfera que en el mismo periodo del año pasado, siguiendo una tendencia que ha registrado la petrolera año con año desde 2017, de acuerdo con cifras del Banco Mundial.

El organismo internacional reportó que en México, donde Pemex es el principal productor de gas y petróleo, la liberación de gas pasó de 4,480 millones de metros cúbicos en 2019 a 5,770 millones de metros cúbicos en 2020. Ese mismo año, la operación de Pemex lanzó 54 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera, un aumento de 12.5% con respecto al cierre de 2019, según cifras de Pemex reportadas a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).

“Pemex no tiene prioridad de implementar factores ESG ahora”, dice Luis Gonzali, codirector de inversiones del gestor de activos Franklin Templeton en México, que tiene posiciones en bonos de Pemex. “Se está relegando muchísimo con respecto a otras petroleras del mundo que sí han empezado a hacer algún esfuerzo para hacer esta transición a energías más limpias y que en Pemex no lo hemos visto y en lo que resta del sexenio no creo que lo veamos”.

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Para una petrolera como Pemex que es una de las mayores emisoras de deuda en países emergentes, las diferencias con sus pares comienzan a ser notorias. Empujadas por sus accionistas y por las políticas públicas de los países donde operan, empresas como Eni, Shell, Exxon o Chevron iniciaron una transición para recortar sus emisiones de carbono. En contraste, Pemex se hizo del total de la refinería Deer Park, en Texas, construye otra refinería en Tabasco, y la producción de combustóleo -uno de los combustibles más sucios- ha ido en aumento, de acuerdo con los reportes de la petrolera.

La empresa no lo tiene fácil. El gobierno mexicano intenta sacar a la endeudada petrolera de los números rojos apostando a la refinación para aumentar la producción de combustibles y también para cubrir la demanda del país. Sin embargo, el tiempo no está de su lado. La calificadora Moody’s estima que la demanda de combustibles a nivel mundial caerá 20% en 2035. Esta baja en la demanda va de la mano de las metas que establecieron países desarrollados como Estados Unidos, China y de la Unión Europea para eliminar el uso de combustibles fósiles en un lapso de 30 años.

“No es cuestión de ver si Pemex y sus competidores se suben a este barco de sostenibilidad. Lo tienen que hacer porque es ahí donde está el financiamiento disponible a tasas menores”, comenta Esteban Polidura, director de asesoría para las Américas del banco suizo Juliuis Baer. “El tema de sostenibilidad para un inversionista se ha transformado de algo bueno para tener en las carteras a algo que no puede ignorar, ya que puede traer consigo riesgos para el inversionista de desempeño y de volatilidad”.

Lo cierto es que hasta ahora, Pemex, cuyos bonos se ubican en nivel especulativo, ha logrado seducir al mercado internacional con un premio atractivo en sus bonos y divisas a su elección. Incluso cuando la petrolera se convirtió en tendencia mundial por accidentalmente incendiar el Golfo de México y provocar una ola de críticas de líderes políticos y ambientalistas, los tenedores de bonos cosecharon ganancias en los instrumentos de largo plazo, de acuerdo con datos de Bloomberg.

Pero el accidente, conocido como el anillo de fuego, no pasó del todo desapercibido entre los grandes prestamistas de Pemex. Al interior de la agencia estadounidense Export Import Bank de Estados Unidos, que otorgó dos préstamos a la petrolera mexicana por 400 millones de dólares en mayo pasado, se encendió la alerta amarilla. “El reciente incidente en el Golfo de México en verdad fue preocupante, y estaremos revisando con gran detalle la causa de raíz de la compañía cuando esté disponible”, señaló un portavoz del Export Import Bank de Estados Unidos, que ha seguido el desempeño de sostenibilidad de la misma empresa.

Según el último reporte de Pemex, la deuda financiera asciende a 115,100 millones de dólares al cierre de la primera mitad del año, de la cual la mayor parte proviene de inversionistas internacionales.

Para Polidura los bonos de Pemex siguen siendo atractivos para el mercado internacional debido a que existe la percepción de que la petrolera cuenta con el “respaldo absoluto” del gobierno mexicano. Y aunque la empresa tiene problemas más importantes que resolver por ahora, no puede quedarse de brazos cruzados, advierte Gonzali, “Pemex ahorita tiene que arreglar la casa, pero si no quiere que su financiamiento le salga más caro, se tiene que montar en la ola de la sostenibilidad”.

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