Aun así, la variación estuvo “lejos de los niveles de crisis”, dijeron las estrategias de BofA. La volatilidad se mantuvo más baja en comparación con las multas del año pasado, cuando un aumento en la demanda de Estados Unidos llevó la volatilidad implícita a un mes del eurodólar a los niveles más altos desde principios de 2020.
Si bien la postura más expansiva que convirtió la Reserva Federal la semana pasada calmó a los mercados tras el colapso de Silicon Valley Bank y la adquisición de Credit Suisse AG por parte de UBS Group AG, existe el riesgo de que la volatilidad pueda aumentar nuevamente en los próximos meses, particularmente si la inflación se mantiene alta, escribieron en una nota las estrategias de BofA Michalis Rousakis y Howard Du.
“El efecto retardado del ajuste del crédito bancario aún no se ha manifestado por completo y es probable que el ciclo económico esté entrando en una fase de contracción para el crecimiento”, dijo.
Los diferenciales entre los precios de compra y venta de todas las monedas principales se ampliaron este mes. Esto tuvo un impacto limitado en las fluctuaciones de precios, argumentó BofA, ya que su medida de los volúmenes de opciones a mediados de mes estuvo muy por debajo de los niveles observados a finales de septiembre, cuando el dólar subió tras el minipresupuesto del Reino Unido y cuando se vio respaldado por una Fed de tendencia restrictiva.