Desde que Ferguson dejó el cargo, el United ha pasado por cinco entrenadores permanentes y tres interinos, pero no ha logrado recuperar los días de gloria, ganando una Copa de Inglaterra, dos Copas de la Liga y una Europa League en 11 años.
La inflexible postura de los Glazer de no vender el club se ha convertido en una fuente de frustración para los aficionados, que clamaban por un cambio y celebraban protestas mientras la deuda neta del club se disparaba hasta superar los 600 millones de dólares.
El Manchester United Supporters Trust (MUST) acogió con satisfacción la inversión de Ratcliffe, pero cuestionó la nueva estructura que se pondrá en marcha y exigió una reunión con el equipo de INEOS para conocer sus planes.
"Tomamos nota de las declaraciones de que él y su equipo controlarán las actividades deportivas, pero nos preguntamos cómo puede una organización poner su actividad principal en manos de un accionista minoritario y cómo funciona eso en la práctica", señaló MUST en un comunicado.
"Ahora corresponde a los propietarios y a la dirección del club explicar de forma adecuada cómo funcionará esta nueva estructura, hacia dónde se dirigirá la nueva inversión y cómo beneficiará al equipo en el campo", indicó.
Bajo la dirección del holandés Erik ten Hag, el United es octavo en la Premier League -a 12 puntos del liderato- a pesar de un desembolso en fichajes de casi 1,000 millones de euros (1,100 millones de dólares) en los últimos seis años. Además, ha quedado eliminado de las competiciones europeas al terminar último en su grupo de la Liga de Campeones.
"Estamos aquí a largo plazo y reconocemos que nos esperan muchos retos y un duro trabajo", afirmó Ratcliffe. "Nuestra ambición compartida es clara: todos queremos ver al Manchester United de vuelta a donde pertenecemos, en lo más alto del futbol inglés, europeo y mundial".
Con información de Reuters.