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El reto del rebranding de Banamex tras su separación de Citi

La estrategia de rebranding de Banamex, tras su separación de Citi, puede aprovechar una narrativa que destaque activos como su logotipo setentero, la colección de arte y edificios emblemáticos.
mar 03 diciembre 2024 01:26 PM
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La fusión entre Banamex y Citigroup ocurrió en 2001, cuando Citigroup adquirió Banamex por aproximadamente 12,500 millones de dólares.

Banamex enfrenta uno de los retos más complejos en su historia reciente: el rebranding tras el anuncio de su separación de Citi. Este proceso no solo implica un cambio de imagen, sino una transformación estratégica que le permita mantenerse relevante en un mercado bancario cada vez más competido, marcado por la digitalización y la entrada de nuevos actores fintech.

Según Elena Benítez, directora general de Gerundio, “el legado histórico de Banamex es su diferenciador más grande. Su historia permite inspirar confianza mientras atrae a una nueva generación de clientes con herramientas digitales y productos financieros innovadores”.

La fusión entre Banamex y Citigroup ocurrió en 2001, cuando Citi adquirió Banamex por 12,500 millones de dólares, en una de las mayores adquisiciones bancarias en México. Ahora, 23 años después, la separación obliga a la marca a reforzar su identidad como un banco mexicano independiente.

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¿Cómo hacer un buen rebranding?

Mario Alberto Nava, especialista en mercadotecnia y académico de la Escuela Bancaria y Comercial, señala que “Banamex no es solo una marca, es una institución que refleja identidad y prestigio. Su separación de Citi es una oportunidad para consolidar su posición como banco nacional, algo que debe estar presente en cada aspecto de su comunicación y estrategia”.

Por separado, Ericka Sigüenza, directora de Servicio al Cliente en Padre Brands, considera que el enfoque debe estar en conservar el nacionalismo que hereda y asegurarse de que las nuevas generaciones comprendan el valor del Banco Nacional de México.

“Si el banco vuelve a manos de dueños mexicanos, sería un gran acierto para la marca, sobre todo en el contexto de las condiciones políticas con Estados Unidos”, destaca. Además, Sigüenza sugiere que Banamex podría reducir su nombre o presencia física para potenciar su transformación digital.

El uso de la comunicación emocional será un pilar fundamental en este proceso. Según Benítez, “hablar de tradición y estabilidad, a la par de un futuro brillante y conectado, permitirá a Banamex conectar tanto con clientes leales como con nuevos mercados”.

La estrategia de rebranding podría incluir una narrativa nostálgica que aproveche activos icónicos como su logotipo de los años 70, su colección de arte y edificios emblemáticos como el Palacio de Iturbide, elementos que refuerzan su conexión con México. Sin embargo, el reto no estará libre de riesgos.

Lee más: Este es el archivo histórico de Banamex que Citigroup pone a la venta

Los errores que Banamex debe evitar

Nava advierte que la marca debe evitar un exceso de nostalgia que la desconecte de las generaciones más jóvenes. “El prestigio histórico debe usarse como ancla, pero la narrativa tiene que adaptarse a las exigencias modernas. Las nuevas generaciones buscan innovación y experiencias digitales que Banamex aún tiene por desarrollar”, menciona.

En este sentido, la digitalización será clave. Nava resalta que durante los años de Citi, Banamex no logró capitalizar su potencial digital, algo que rivales como BBVA han explotado con éxito. “La personalización impulsada por inteligencia artificial y las experiencias inmersivas serán esenciales para reposicionarse como líder”, explica.

Benítez agrega que “los consumidores de hoy no buscan solo servicios bancarios, quieren experiencias personalizadas y plataformas que les simplifiquen la vida”.

Los expertos consultados coinciden en que el rebranding no es solo un cambio estético, sino una transformación profunda que requiere equilibrio entre legado e innovación. Banamex debe aprovechar su historia, modernizar sus operaciones y transmitir confianza para evitar confusión o pérdida de clientes. Si logra combinar estos elementos, podría consolidarse como un referente en el mercado financiero mexicano.

“Banamex tiene una oportunidad de oro para demostrar que los cambios pueden funcionar como catalizadores de mejoras. Este proceso debe ser el inicio de una nueva era, no el cierre de un capítulo”, señala Benítez. El reto está en traducir su tradición en un futuro que conecte con todas las generaciones, y ese balance será lo que defina su éxito.

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