“Imagina la experiencia de ir al cine: el olor a palomitas, la luz que se atenúa y esa anticipación que sientes justo antes de que empiece la película. El logo de Cinemex, tradicionalmente, era la antesala a ese momento mágico, un símbolo que te decía: ‘Estás a punto de vivir una historia inolvidable’. Con el cambio, la intención pudo haber sido ‘Estamos evolucionando, somos más digitales y modernos’, pero el resultado se siente hueco. Un símbolo que no te remite a nada cinematográfico es como llegar a una función y encontrarte con la sala vacía, sin sonido, sin imagen”, expresa.
Para él, la identidad visual pierde fuerza si no evoca directamente la experiencia cinematográfica y el nuevo logo es un lazo genérico. “La decisión de cambiar no es el problema; el problema es que el nuevo emblema no cuenta una historia, no despierta esa emoción de ver la cortina abriéndose ante la pantalla grande”, reitera.
Mario Alberto Nava, académico de la EBC, comparte esta visión crítica, pero añade un matiz. “La renovación siempre trae nuevos brillos y estrategias, además de expectativas para los consumidores. Sin embargo, en este caso, no creo que la forma o diseño elegidos logren ese impacto deseado”, señala.
También comenta que algunas comparaciones surgidas en redes sociales, como la asociación del logo con los pastelillos Pingüinos, con un resorte o con su propio competidor, Cinépolis, han generado burlas que afectan la percepción de la marca. “Es una mofa que puede impactar negativamente, aunque también asegura que hablen de ellos, lo cual mantiene su presencia vigente”, reflexiona.
Cecilia Rodríguez, cofundadora y directora creativa de Gerundio, también aporta una perspectiva interesante al debate. "El rediseño debe ir más allá de lo visual y materializarse en una experiencia auténtica y diferenciada. Cambiar el logo es solo una pieza del rompecabezas. Si la experiencia del consumidor no evoluciona junto con el diseño, el impacto será superficial".
Rodríguez considera que las percepciones iniciales, aunque a veces negativas, pueden ser superadas si la marca logra construir conexiones genuinas y memorables que trasciendan estas primeras impresiones
De hecho, las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar. Algunos usuarios compararon el nuevo logo con objetos como resortes o los pastelillos Pingüinos, lo que generó una ola de memes y burlas. Este fenómeno, aunque negativo en apariencia, podría ser aprovechado por Cinemex para generar conversación y acercarse a su audiencia. "A veces, es importante contar la historia detrás de una identidad visual para generar empatía", menciona Sigüenza.
¿Y ahora qué sigue? La directora en Padre Brands sugiere que la estrategia no debería ser reactiva, y que Cinemex debería enfocarse en continuar ofreciendo la mejor experiencia a sus clientes. Esto implica mantener el foco en el servicio y la innovación, sin perder tiempo en debates que podrían desviar la atención del propósito principal de la marca.
Comparaciones que distraen
A pesar de las críticas, este cambio representa una oportunidad para que Cinemex redefina su narrativa de marca. Si bien Sigüenza dice que la empresa no debe caer en distracciones de sus objetivos de negocio, también señala que podría desarrollar una campaña de relanzamiento que explique las razones detrás del nuevo diseño. "Nadie se resiste a una buena historia, y los cines lo saben". Una narrativa que conecte con la audiencia podría transformar las críticas en una conversación positiva.
Noyola, por otro lado, enfatiza la importancia de aprovechar el momento para comunicar y ser transparente. “Ser vulnerable, reconocer que algo no funcionó como se esperaba y reajustar en tiempo real puede darle puntos a favor ante la audiencia. No es tiempo de esconderse, es tiempo de dialogar”, apunta.
Nava coincide en que esta transparencia es clave para mitigar las críticas y convertirlas en oportunidades. "Si están hablando de ti, aunque sea negativamente, puedes usar esa atención para explicar el significado de tu nuevo logo y generar contenido que conecte con tu público. Es una oportunidad de reforzar tu identidad a través de una narrativa clara y auténtica", asegura.
Para los expertos consultados, el nuevo logo de Cinemex es un símbolo de cambio, pero también de las complejidades de comunicar modernidad en una industria profundamente ligada a la nostalgia y las emociones. Mientras unos ven este rediseño como un acierto táctico, otros lo consideran una oportunidad perdida.
Lo que está claro es que la identidad visual de una marca no solo debe ser atractiva, sino también significativa y coherente con su propósito. El cine, al fin y al cabo, es contar historias. Cinemex tiene ante sí el reto de contar una que resuene tanto en la pantalla grande como en sus consumidores.
“En definitiva, el nuevo logo se siente como un cartón en blanco proyectado en la pantalla de un cine vacío. No te cuenta nada, no te hace sentir nada. Pero eso no significa que el guion esté terminado. Cinemex tiene el poder de reescribirlo, de dar sentido a este nuevo logo. Si no, la gente se quedará con la idea de que aquel lazo rojo fue solo un mal trazo en la historia de la marca”, concluye Noyola.