Abstencionismo electoral, el verdadero rival de Vladimir Putin
El presidente ruso, Vladimir Putin, ganará las elecciones, eso es un hecho. Él continúa teniendo el apoyo abrumador del pueblo ruso, mientras que el estado ha expulsado a su principal oponente de la carrera y ha sancionado a otros candidatos en la contienda.
El resultado está tan profundamente grabado en piedra que incluso el propio Putin parece aburrido. Su campaña ha sido lamentablemente mediocre.
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Pero el 18 de marzo, habrá algo que preocupe al presidente: la participación. El número de votantes podría ser penosamente bajo, según sugieren algunas encuestas, y podría plantear interrogantes sobre la legitimidad de la longeva autoridad de Putin.
¿La participación importa?
Putin busca un segundo mandato consecutivo como presidente, un cuarto en total, para cimentar su poder.
Sin una oposición real, el veterano líder de 65 años ha proporcionado poca visión para los próximos seis años y se espera que se salte los debates televisivos de las elecciones, que ha desairado muchas veces en elecciones anteriores.
Pero esas decisiones pueden tener ramificaciones esta vez. El problema con una elección que no se ve como tal es que es muy difícil entusiasmar a los votantes al respecto. Sin siquiera una posibilidad de obtener un resultado sorpresivo, Putin ahora está luchando contra la apatía de los votantes.
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El principal oponente político de Putin, Alexei Navalny, a quien se le ha prohibido participar en las elecciones, ha hecho campaña para un boicot. Legiones de jóvenes rusos tienden a escucharlo.
El Kremlin quiere los dorados 70-70: una victoria del 70% de los votos con una participación del 70% para darle un mandato claro y proporcionarle una respuesta a los líderes occidentales que critican a Rusia como una autocracia.
Pero 70-70 es poco probable. En una encuesta realizada por el independiente Levada Center en noviembre del año pasado, solo el 24% de los encuestados dijo que definitivamente votaría. Otro 34% dijo que era "probable", pero no lo había decidido.
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El gobierno apodó al Levada Center un "agente extranjero" en 2016, impidiéndole efectivamente votar. Los cuerpos de votación estatales, como el Centro de Opinión Pública de Rusia , afirman que habrá una participación mucho más alta, por encima del 70%.
La baja participación no sacará a Putin de su pedestal; Rusia no tiene reglas mínimas de participación para que el voto sea válido, pero podría arruinar cualquier plan que pueda tener para mantenerse en el poder más allá de su plazo máximo.
¿Quién se está postulando contra Putin?
Navalny es el oponente más explícito de Putin, pero una condena por malversación lo ha forzado a abandonar la carrera. El activista, que saltó a la fama por exponer las prácticas corruptas de los oligarcas rusos, dice que su convicción fue políticamente motivada y diseñada para mantenerlo fuera de la votación.
Otros siete candidatos están desafiando a Putin en la votación . Si nadie gana más del 50%, se realizará una segunda vuelta en abril.
Destacan dos candidatos en particular:
Pavel Grudinin: el rey de la fresa
Se espera que Pavel Grudinin, de 57 años, quede en segundo lugar en la carrera, pero con solo alrededor del 7.6% de las boletas, según muestra una encuesta del Centro de Investigación de Opinión Pública de Rusia.
Él es considerado como un comunista capitalista, que tomó una antigua granja estatal de fresas en 1995 y la privatizó como una empresa social. El complejo agrícola de Lenin Sovkhoz es un retroceso a la era soviética, pero con el flujo de efectivo de la Rusia capitalista.
Según los informes, la empresa paga a sus trabajadores salarios significativamente más altos que otras granjas y les proporciona apartamentos modernos y atención médica, así como parques y subsidios para sus hijos. Su granja le ha dado un modelo para señalar cuando habla de su visión del país.
"Cuando la gente me pregunta por qué me postulo, digo: quiero que todos en Rusia vivan así, como nosotros. Y eso es posible", dijo Grudinin en un evento político en enero, según el Financial Times.
nullÉl critica vocalmente a la élite rusa y sus prácticas corruptas, pero sus críticos dicen que él también ha sido sancionado por el Kremlin.
Grudinin fue elegido para la Duma regional de Moscú en 1997, y se unió al partido de Putin, Rusia Unida en 2001, cuando se estableció. Él perdió su asiento una década más tarde y ahora está respaldado por el Partido Comunista.
El lunes, la agencia estatal de noticias Tass informó que un funcionario electoral acusó a Grudinin de tener 1 millón de dólares en cuentas bancarias suizas, a pesar de que había notificado a la Comisión Electoral Central que todas sus cuentas extranjeras habían sido cerradas. Grudinin negó las acusaciones en una publicación de Facebook, sugiriendo que tenían como objetivo difamarlo antes de la votación.
Ksenia Sobchak: La estrella de TV
Ksenia Sobchak no es una típica política rusa. La cantante de 36 años es una expresentadora de programas de entrevistas y estrella de reality shows, y aunque ha sido apodada "Paris Hilton de Rusia", ha demostrado que tiene más que ofrecer que una típica socialité.
Pero ella ha luchado para convencer a los rusos de que ella no es una de las marionetas de Putin. Que su padre, un exalcalde de San Petersburgo, haya sido el mentor de Putin no ayuda a su caso. Ella nació en el mundo de la élite política y sus críticos dicen que está siendo utilizada para dar un aire de legitimidad a la votación.
No obstante, es una de las pocas candidatas que critica abiertamente el sistema.
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"En Rusia, desafortunadamente, tenemos una broma de que no puedes elegir a tus padres, no puedes elegir tu género y no puedes elegir a tu presidente", le dijo a Fareed Zakaria de CNN en una entrevista.
Ella ha dicho, sin embargo, que quiere influir en el Kremlin desde el interior y, al menos, cambiar la conversación. Ella está impulsando una agenda liberal, amigable con Occidente.
Ella aboga por los derechos LGBTI y dice que Crimea pertenece a Ucrania. Recientemente recorrió grupos de reflexión en Washington e incluso se disculpó en una entrevista de CNN por la intromisión de Rusia en las elecciones estadounidenses.
¿Cuáles son los puntos clave?
Putin se ha convertido en sinónimo del sistema y las encuestas lo muestran con índices de popularidad increíblemente altos, incluso en momentos en que la satisfacción con el gobierno está por debajo del 50%.
Para muchos rusos, la economía es un tema clave. El país soportó tres años de disminución de los salarios reales ya que la inflación aumentó rápidamente a partir de 2014, lo que obligó a los rusos a ahorrar agresivamente cuando los salarios eran, de entrada, lamentablemente bajos.
OPINIÓN: El descontento de Rusia con Putin está en efervescencia
En el último momento para Putin, la economía comenzó a salir de la recesión el año pasado y la inflación quedó bajo control.
Y el mes pasado, los legisladores rusos finalmente aprobaron una legislación para aumentar el salario mínimo desde el 1 de mayo, unos nueve meses antes de lo previsto.
Es un escaso aumento de 2,000 rublos (35 dólares) al mes, lo que eleva el salario mínimo mensual a unos "subsistentes" 11,163 rublos (197 dólares).
El Kremlin está promocionando la ley como una gran victoria política, pero como lo plantea la analista Irina Meyer-Olimpieva, basada en San Petersburgo, es un aumento sobre "un salario mínimo vergonzosamente bajo por un margen ridículamente bajo para alcanzar un nivel de subsistencia deprimentemente bajo".
¿Qué significa esto para Occidente?
La voluntad de Putin de lanzarse a las peleas con las potencias occidentales, especialmente EU, ha caracterizado gran parte de su mandato actual, y aunque lo ha convertido en un villano en Occidente, lo ha convertido en un héroe en casa.
La anexión rusa de Crimea de Ucrania provocó sanciones internacionales paralizantes en el país y ha estado en el centro de las tensiones entre Rusia y Europa. Sin embargo, el Kremlin utilizó una oscura interpretación de la ley para retrasar la fecha de las elecciones hasta el 18 de marzo, la misma fecha en que Rusia tomó Crimea hace cuatro años.
Es una página celebrada en la historia de Putin: su popularidad se elevó del 69% al 80% después de la anexión, según las encuestas de Levada, y se ha mantenido alta, incluso a lo largo de más de dos años de recesión.
Parece que Putin espera la fecha para aumentar los números de participación, una medida que genera cuestionamientos para un líder acorazado en una carrera de un solo caballo.