Las opciones que tiene el Reino Unido ante las prórrogas propuestas por la UE
BRUSELAS, Bélgica (CNN) — Al terminar un día dramático aquí, en Bruselas , le lanzaron a Theresa May lo que bien podría ser el último salvavidas para el brexit.
A las 11:20 de la noche, hora de Bruselas, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, anunció finalmente que los 27 líderes de la Unión Europea habían acordado unánimemente la respuesta a la solicitud de la primera ministra británica de posponer el brexit para evitar una separación caótica el 29 de marzo. Para sorpresa de todos, le dieron dos opciones.
Primero, una prórroga breve, con lo que Reino Unido tendría hasta el 22 de mayo para poner sus asuntos en orden antes de separarse de la Unión Europea. Sin embargo, esa opción solo está disponible si los legisladores de la Cámara de los Comunes aprueban en lo general el acuerdo de retirada de May a finales de marzo.
La segunda opción se activaría si May pierde la tercera votación "significativa" de su acuerdo. Eso le permitiría a Reino Unido quedarse en la Unión Europea hasta el 12 de abril, punto en el que tendría que tomar una decisión: participar en las elecciones parlamentarias europeas en mayo y buscar una prórroga más larga al brexit o no participar. Si eso ocurriera, las consecuencias de esa decisión serían el siguiente gran obstáculo para el brexit.
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Todo parece bastante simple. Sin embargo, es difícil explicar la tensión que se sentía en la capital de la Unión Europea el jueves 21 de marzo. Como se retrasó una conferencia programada para las seis de la tarde, lo único que estaba claro es que nada estaba claro.
Horas antes, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, propuso una prórroga corta al proceso del brexit, hasta el 22 de mayo, siempre y cuando la Cámara de los Comunes ratificara el acuerdo de retirada.
En Bruselas, los ánimos eran sombríos. Nadie fuera del círculo más cercano a May pensaba que las probabilidades del acuerdo de retirada en Westminster fueran mejores que las de un copo de nieve en el rincón especial del infierno del que Tusk habló . Muchos creen que ahora, la posibilidad de que no haya acuerdo es mayor que nunca.
En el marco de la cumbre, las autoridades europeas discutían abiertamente qué pasaría cuando el acuerdo de May vuelva a fracasar (no de si eso era posible). Algunos propusieron invitar a Bruselas a los legisladores británicos de ambos lados de la brecha política para buscar una vía con la que todos estuvieran de acuerdo. Incluso se habló de ofrecer una prórroga mayor si se celebraban elecciones generales en Reino Unido o lo que podría ser peor, un segundo referéndum. Nadie puede saber cómo se desarrollará ninguno de esos escenarios.
Todas estas opciones tienen un fin: impedir que no haya acuerdo el 29 de marzo, la fecha que quedó sellada hace dos años, cuando Reino Unido puso en marcha la fatídica cuenta atrás del Artículo 50.
El anuncio sorprendente del jueves, sobre un nuevo itinerario de dos partes, servirá para reducir estas preocupaciones. En todo caso, reiteró que los Estados miembros de la Unión Europea están comprometidos con evitar que no haya acuerdo. Desde hace meses han dejado en claro que no tienen la intención de que les echen la culpa de este resultado.
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Sin embargo, la Unión Europea también está firmemente comprometida con otra cosa: no interferir en la política de un país soberano, especialmente uno que se separará de la unión.
Ahí es donde volvemos a las opciones que Reino Unido tiene ante sí. La semana próxima, los legisladores británicos podrían alinearse y respaldar el acuerdo de May —la opción preferida de la Unión Europea— y todo el mundo puede entrar a la siguiente fase: negociaciones sobre la futura relación. (Si usted pensaba que los dos años pasados fueron malos, se suponía que serían la parte fácil). Reino Unido podría encontrar algo de estabilidad aunque eso signifique deshacerse de su muy golpeada primera ministra.
La otra posibilidad es que los parlamentarios rechacen el acuerdo. En este punto, Reino Unido se vería obligado a reflexionar porque tendría que decidir para el 12 de abril si participa en las elecciones parlamentarias europeas, que comienzan el 23 de mayo.
Si decidiera no participar en esas elecciones, Reino Unido no puede quedarse en la Unión Europea, sencillamente. Sin la aprobación de un acuerdo de retirada, el 22 de mayo se volvería el nuevo 29 de marzo, un precipicio al que Reino Unido se vería obligado a lanzarse.
Pero si Reino Unido decidiera participar en dichas elecciones y buscar una prórroga mayor para el brexit , prepárense. Los partidarios del brexit dirían, con cierta justificación, que les robaron el brexit. La posibilidad de que Reino Unido se quede en la Unión Europea se reduciría considerablemente y la política británica, de por sí dividida, se volvería considerablemente más facciosa.
Si usted cree que eso es una fantasía, tome en cuenta los siguientes datos: primero, cuando un periodista le pidió a Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, que diera la definición de prórroga larga, contestó: "Hasta el fin". Segundo: la Cámara de los Comunes instintivamente es más eurófila que euroescéptica. Tercero: Todavía no estamos cerca de que se apruebe el acuerdo de May. Y cuarto, el mismo día en el que se dio a conocer esta noticia, más de dos millones de personas firmaron una petición en el sitio web del gobierno británico para revocar en su totalidad el proceso del Artículo 50.
Lo que todo esto significa es que poco después de haberse puesto a merced de Bruselas, Bruselas volvió a arrojar decididamente el balón a la cancha de Reino Unido.