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​China extiende su poder en África un televisor a la vez

La empresa china de telecomunicaciones StarTimes cuenta con 10 millones de suscriptores en 30 países africanos, e introduce contenidos favorables a Beijing.
sáb 27 julio 2019 09:15 AM
StarTimes
Purity Njambi, suscriptora de StarTimes, en su casa en el pueblo de Ndumbuini, viendo la televisión con sus hijos: (desde la izquierda) James Ngugi, Margaret Wahu y Agnes Wambui.

(CNN)- A las afueras de Nairobi, Kenia, Michael Nganga ve una película china de kung fu.

Su casita en la aldea de Limuru no tiene agua corriente y sus muros son de metal corrugado. Pero afuera, en el patio en el que los pollos rondan, este zapatero de profesión y padre de dos hijos tiene una enorme antena parabólica hecha en China a la que conecta su viejo televisor para tener acceso a cientos de canales… muchos de los cuales se transmiten desde Beijing.

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"Es una ventaja tener tantos canales de televisión", dijo Nganga, quien antes de tener la antena china estaba limitado a unos cuantos canales kenianos. "Porque puedes saber cómo cambia el mundo todos los días".

Lee: El gigante telefónico chino que le ganó a Apple en África

La conexión de Nganga al mundo externo se debe directamente a Xi Jinping, presidente de China.

En 2015, Xi anunció el proyecto 10,000 Aldeas, un plan ambicioso para llevar televisión digital a partes pobres de África, como la aldea en la que vive Nganga. Antes, en muchas partes del continente, el acceso a la televisión era un privilegio para las élites y quienes estaban conectados dependían de las señales analógicas, anticuadas y con mucha interferencia.

El sueño de Xi era llevar modernas redes digitales de televisión satelital a grandes partes de África para transmitir una constelación de canales a larga distancia… tan larga que, de hecho, un canal de televisión de Beijing podría llegar hasta los hogares africanos.

Esto fue más que un gesto filantrópico.

Lee: La influencia de China crece en África: más jóvenes aprenden mandarín

Fue una estrategia hábil que elevaría el perfil de China entre los africanos, al tiempo que daría a Beijing mayor control sobre la infraestructura de telecomunicaciones del continente y sobre su imagen en los medios. Además, beneficiaría al futuro y al poder de una de las empresas importantes de China que, si no fuera por esto, sería muy discreta.

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StarTimes ha sido el principal contratista chino del proyecto 10,000 Aldeas y esto ha sentado las bases para que la empresa con sede en Beijing —no la competencia estadounidense o europea— domine el mercado africano de 1,200 millones de consumidores. Un portavoz de StarTimes dijo que para el gobierno chino es "importante" trabajar con "una empresa con experiencia y consciente de los costos en esta misión".

Hoy, la empresa transmite programas chinos a los hogares de 10 millones de suscriptores en 30 países africanos , introduce canales de noticias de propaganda del gobierno chino en los hogares a través de cadenas de noticias occidentales y controla a las televisoras a tal grado que en Zambia y Kenia se ha llegado a temer que la empresa provoque un apagón televisivo en esos países si así lo quisiera.

Aunque canales como la BBC tienen más espectadores y MultiChoice, un distribuidor sudafricano, tiene más suscriptores, el alcance de StarTimes preocupa a algunos críticos: ¿Esta empresa, con lazos íntimos con el gobierno chino, tiene demasiado poder sobre las televisoras africanas?

En muchos sentidos, la situación de StarTimes va en paralelo a la del famoso gigante de las comunicaciones, Huawei, que está lidiando con las críticas en todo el mundo por su control de las redes de internet 5G y sus lazos con el gobierno chino . Pero a diferencia de Huawei, StarTimes se ha vuelto una de las herramientas de influencia más poderosas de China en África sin que gran parte del mundo conozca su nombre siquiera.

Esta es la historia de cómo llegó hasta aquí.

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La oportunidad africana

En el año 2000, el Economist publicó un artículo de portada sobre África, titulado, El continente sin remedio. El título capturaba perfectamente la pena con la que gran parte del mundo occidental veía al continente africano en ese entonces: un billón de dólares en ayuda para el desarrollo no había servido para impedir que la hambruna segara la vida de un millón de personas en Etiopía en la década de 1980, para frenar el embate del sida, ni para impedir un genocidio que acabó más o menos con la misma cantidad de personas en Ruanda en la década de 1990

Los dólares sirvieron para aliviar la culpa de Occidente sobre lo que el entonces primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, llamó "la cicatriz en la consciencia del mundo", pero fuera de extraer petróleo y fundar bases militares, se dedicó poca energía a hacer negocios de verdad en África.

China tomó un camino totalmente diferente.

El mismo año del artículo del Economist, el entonces presidente de China, Jiang Zeming, invitó a jefes de Estado de toda África a la inauguración del Foro de Cooperación China-África en Beijing, en el que se hablaría de cómo ambas regiones podían mejorar su interacción.

Para mediados de la década de 2000, el gobierno chino exhortó a los empresarios a salir al extranjero y forjar lazos más firmes con los países africanos a través de su estrategia de "salida al mundo".

Los empresarios chinos que querían abrir brecha en los mercados nacientes empezaron a mudarse a África. Uno de ellos fue George Zhu, quien se fue a Nigeria y fundó Transsion , una empresa que vende teléfonos celulares que aceptan varias tarjetas SIM y que ahora tiene la porción más grande del mercado de smartphones en el continente. Ren Zhengfei llevó a Huawei a Kenia , un país que hasta hoy sigue impertérrito ante las inquietudes de Occidente sobre los lazos de la empresa con el gobierno chino. Poco después de eso, Pang Xinxing, entusiasta de la televisión, decidió expandir su empresa de telecomunicaciones más allá de China, en donde el mercado televisivo se estaba saturando rápidamente, y la llevó a África.

Pang cuenta que vio un mercado muy subdesarrollado en el que muchas familias no tenían un televisor o compartían uno con varias familias. "Aunque hubiera un televisor, solo podían ver dos o tres canales, la televisión digital superaba a su imaginación", dijo en 2002. Es más: normalmente había solo una empresa fuerte en cada país y les cobraban a los usuarios hasta 70 dólares al mes por suscripción, una cuota muy alta para un continente en el que el PIB per cápita era, en ese entonces, de alrededor de 700 dólares .

Pang vio la oportunidad para un proveedor de televisión de bajo costo. Hoy, StarTimes tiene algunos de los paquetes de televisión digital más asequibles del mundo: cuatro dólares al mes (unos 75 pesos).

Además, su llegada fue oportuna en otro sentido.

En un tratado de 2006, Naciones Unidas les asignó a los países africanos la misión de cambiar las señales analógicas poco confiables a la señal digital para 2015. Casi todos los gobiernos africanos rebasaron la fecha límite, pero había mucha presión para invertir y para encontrar una empresa que les ayudara a hacerlo. Así, le dieron a StarTimes otra fuente de ingresos: la construcción y la operación de la infraestructura de televisión digital.

En 2007, Pang consiguió la primera licencia de televisión digital en Ruanda. Al año siguiente, StarTimes presentó la plataforma Rwanda Digital TV, con la que ofrecía a los ruandeses más de 30 canales por entre tres y cinco dólares al mes e incluía cuatro canales de la principal televisora estatal china.

Cuando llegó el momento de la licitación para cambiar las redes analógicas a digitales, en un principio "StarTimes fue la única competidora", de acuerdo con Dani Madrid-Morales, profesor asistente de Comunicaciones de la Universidad de Houston, quien investigó a la empresa mientras hacía un doctorado en la Universidad City de Hong Kong. "[Pang] fue capaz de dar pruebas de que StarTimes tenía experiencia en países africanos y ofrecía precios muy bajos".

Madrid-Morales explicó que la competencia empezó a llegar al mercado, pero StarTimes ganaba casi siempre.

¿El control de las ondas de un continente?

Casi dos décadas después, la cumbre China-África que el presidente Jiang organizó en 2000 se ha vuelto uno de los eventos diplomáticos más importantes para muchos países africanos.

En 2018, casi todos los jefes de Estado africanos viajaron a Beijing para participar en el Foro de Cooperación China-África y amarrar un pedazo del pastel de 60,000 millones de dólares en créditos para el desarrollo y acuerdos comerciales.

Mientras estuvieron en la capital, los jefes de Estado y los ministros de Sierra Leona , Lesoto , Malaui , Zambia , República Centroafricana , Ghana y Uganda tuvieron una cita muy importante. Visitaron a Pang en la enorme madre nodriza de StarTimes, en las afueras de la capital. "No creo que ningún directivo de la BBC haya tenido reuniones cara a cara con tantos jefes de Estado africanos", señaló Madrid-Morales.

Entablar amistad con los gobiernos ha sido crucial para el negocio de StarTimes porque busca quedarse con contratos para ayudar a los países a dar el salto de la televisión analógica a la digital.

Angela Lewis, candidata al doctorado del Departamento de Comunicaciones Internacionales de la Universidad de Nottingham en Ningbo, China, quien ha estado investigando a la empresa desde hace años, dijo que la empresa ha tenido respaldo total del gobierno chino para esta tarea.

StarTimes es la única empresa privada china con autorización del Ministerio de Comercio para operar en el sector de la radio y la televisión en el extranjero. Es más, el Banco de Exportaciones e Importaciones, propiedad del gobierno chino, le otorgó a la empresa créditos por cientos de millones de dólares para entrar en el mercado africano. StarTimes afirma que es una empresa privada que busca cumplir objetivos empresariales al tiempo que mantiene "relaciones cordiales con su Estado de origen".

La idea de que una empresa con lazos tan íntimos con Beijing tenga control de tantas televisoras africanas ha suscitado titulares como StarTimes trama apoderarse de las emisoras públicas de África , mismos que reflejan las inquietudes de los expertos en seguridad en el caso de Huawei y la posibilidad de que sus lazos con el Estado chino comprometan la infraestructura de comunicaciones de otros países.

En Zambia, por ejemplo, StarTimes creó TopStar, una empresa en participación con la emisora estatal ZNBC, para ayudar al país a hacer la transición a la televisión digital. Con el contrato, la entidad china obtuvo una participación del 60% de la emisora estatal zambiana por 25 años. Esa división a favor del socio chino provocó que los críticos temieran que StarTimes se hubiera hecho con el control de la televisora en la práctica .

Josephat Nchungo, analista de comercio internacional de la Universidad de Zambia, dijo: "El objetivo principal de esta sociedad es proporcionar infraestructura para la televisión digital. El objetivo secundario también es que ambos países intercambien cultura y conocimiento. StarTimes ha sido muy polémico porque la gente lo interpretó como la venta de la televisora estatal a los chinos y, por ende, como la pérdida de la soberanía".

La Asociación de Emisoras Independientes de Ghana y otras entidades kenianas han manifestado inquietudes similares porque StarTimes se ha aliado con emisoras estatales para operar la nueva red digital.

"Si StarTimes se saliera de algunos países, las televisoras dejarían de funcionar", dijo Madrid-Morales. "En esencia, StarTimes tiene el poder de sacar del aire a algunas televisoras de algunos países si quiere". StarTimes desmiente dicha afirmación y señala que la empresa "no controla ninguna televisora del país y no tiene la capacidad de cortar transmisiones".

Esto es importante porque la televisión vía satélite es la opción preferida y la más asequible para muchos africanos.

Mientras los televidentes de Occidente consumen cada vez más contenidos a través de servicios de transmisión en directo por internet (streaming) como Netflix y Hulu, la prevalencia de los planes de prepago en África encarece el uso de esta clase de servicios.

George Mbuthia analista de investigaciones para África Oriental y Occidental de la International Data Corporation (IDC), dijo: "Aunque los servicios de transmisión en directo por internet van en aumento en África, la transmisión de video en directo en dispositivos móviles sigue estando fuera del alcance de la mayoría de los habitantes. Esto se debe a la mala conectividad y al costo elevado de la transmisión en directo. Pocos usuarios usan teléfonos móviles para la transmisión en directo, mientras que la mayoría prefiere la televisión de paga".

Los acuerdos a los que StarTimes ha llegado también son motivo de preocupaciones económicas.

Para pagar el contrato de 271 millones de dólares, el gobierno de Zambia tomó préstamos del Banco de Exportaciones e Importaciones de China (EXIM). "Para que se den estas alianzas, el país africano usualmente tiene que tomar dinero del banco EXIM", explicó Lewis. Eso suscita inquietudes sobre que los países quedarán endeudados con China.

Este es tan solo uno de los ejemplos de cómo se beneficia el gobierno chino cuando StarTimes prospera.

Haggai Kanenga, del Departamento de Estudios sobre Desarrollo de la Universidad de Zambia, dijo que "los créditos demuestran que el dinero para este proyecto proviene del mismo gobierno chino, así que esos dos —StarTimes y el gobierno chino— no pueden separarse. En Zambia, se los considera en general como uno solo".

Una táctica ruda de influencia sutil

Mientras StarTimes buscaba grandes contratos gubernamentales para operar infraestructura de televisión digital, también seducía a los consumidores con paquetes baratos de televisión que podían comprar en redes digitales, cosa que a menudo perjudicaba gravemente a la competencia local. Desde el principio, la startup china ofrecía regularmente más canales que MultiChoice, el líder sudafricano en el mercado de la África anglófona, y que Canal+ en los países francófonos, y por la mitad del precio. Los consumidores podían comprar paquetes de televisión por cable y satelital por apenas cuatro dólares al mes.

Lao otras empresas se quejaban de la competencia desleal porque StarTimes era muy barato, explica Madrid-Morales. Pero no había mucho que pudieran hacer.

Los contenidos que StarTimes ofrecía incluían la clase de telenovelas filipinas y turcas que el público en sitios como Kenia había estado viendo desde hacía años, pero también agregó dramas chinos y películas de kung fu; estas últimas fueron tan populares que StarTimes introdujo el canal Kung Fu TV.

Madrid-Morales explicó que aunque no son abiertamente políticos, los dramas chinos se seleccionaron cuidadosamente con el objetivo de que retrataran a una China moderna y urbana pese a que casi la mitad de la población de China vive en el campo. La idea, de acuerdo con Madrid-Morales, es retratar a China como un país rico y modernizador.

Esa narrativa de aspiraciones funcionó. Madrid-Morales cuenta que el drama chino La era de la nuera hermosa (que trata sobre el matrimonio entre una mujer que migra del campo con un hombre de la ciudad) fue sumamente popular en África en sus primeros días y se tradujo al suajili.

En 2011, la empresa abrió un centro de traducción enorme a las afueras de Beijing y contrató a personal mayormente extranjero para doblar los dramas chinos al inglés y a idiomas africanos como el suajili y el yoruba. Buscaron actores de doblaje de países africanos que quisieran ir a China a narrar los contenidos nuevos a través del Concurso de Doblaje StarTimes.

La programación de StarTimes también tenía otro componente clave: noticias pro-China.

Los paquetes más baratos de televisión solo incluían a Al Jazeera y a China Global Television Network (CGTN), una televisora de noticias estatal que forma parte de la misión de influencia de Xi para "contar bien la historia de China". Eso solía significar que las noticias llevaban un sesgo pro-China, al grado de que en Estados Unidos, CGTN tuvo que registrarse como agente extranjero según las leyes antipropaganda. En un análisis del brote de ébola en África en 2014, por ejemplo, se descubrió que el 17% de los reportajes de CGTN (que en ese entonces operaba con otro nombre) en los que se mencionaba a China, se enfatizaba la intervención de los médicos en las labores de asistencia. En realidad, China había gastado mucho menos que Estados Unidos, Reino Unido y Alemania en el combate a la enfermedad .

Los canales occidentales de noticias, como la BBC, cuyas transmisiones en muchos países africanos no están sujetas a la clase de censura que se aplica en China, solo se podían conseguir en los paquetes más costosos.

Un gran punto de inflexión

En un distrito empresarial lujoso del centro de Nairobi, Japhet Akhulia celebra la apertura de las nuevas oficinas de StarTimes.

De acuerdo con Akhulia, director de promoción de marca de StarTimes en Kenia, tras otra ronda de reducción de precios, StarTimes alcanzó los 1.5 millones de suscriptores en Kenia, solamente superado por MultiChoice.

StarTimes había estado en Kenia desde 2012, pero su crecimiento reciente se debe, en parte, al apoyo del presidente Xi.

En 2018, el gobierno chino le dio al equipo de Akhulia 800 millones de chelines kenianos (alrededor de 150 millones de pesos) para implementar el proyecto 10,000 Aldeas en Kenia. Con ese dinero, StarTimes llegaría sin costo a 16,000 hogares más y a 2,400 instituciones públicas de todo el país, tales como escuelas y hospitales. La mitad de ese dinero se usó para comprar equipo y la otra mitad para la implementación del proyecto, lo que incluía los viajes del personal de StarTimes.

En la mayoría de las aldeas en las que StarTimes instala televisión gratuita, se pinta un mural con las banderas de Kenia y China, lado a lado. Está claro que StarTimes y el gobierno chino tienen una relación de beneficio mutuo: a la empresa le pagan por ejecutar el proyecto 10,000 Aldeas y gana más clientes al hacerlo. Xi logra que los contenidos chinos lleguen a hogares de toda África.

Esa simbiosis provocó que los observadores como Lewis cuestionaran qué tan privada es StarTimes en realidad.

"Es obvio que es representante del Estado chino", dijo.

Pang nunca ha dado entrevistas a los medios occidentales para responder a tales afirmaciones. Mientras la fortuna del fundador de StarTimes crece, ha llevado una vida diligentemente discreta incluso en temas como el clima o su presunta militancia en el Partido Comunista.

Cuando se le preguntó sobre la relación del gobierno con StarTimes, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China respondió a través de un fax que "el gobierno chino siempre fomenta el desarrollo de empresas de calidad y buena fama en África".

"No es fácil ejecutar el proyecto 10,000 Aldeas. Muchos países no tienen ni la capacidad ni la voluntad de hacerlo. De hecho, el proyecto ha recibido gran reconocimiento de los gobiernos locales y de la gente", prosiguió el portavoz. "El año pasado, los estudiantes de primaria de las partes remotas de Zambia vieron el Mundial de futbol gracias a este proyecto. El presidente de Zambia, Edgar Lungu, dijo públicamente, varias veces, que las relaciones entre China y Zambia son mutuamente beneficiosas y ninguna publicidad distorsionada puede impedir que promovamos nuestra amistad basada en el beneficio y los principios mutuos".

Contenido localizado

Sande Bush es un comediante conocido como Dr. Ofweneke. Pero desde hace poco, se ha preguntado si debería cambiar su nombre artístico por el de Dr. Amor, porque es uno de los presentadores del exitoso programa Hello, Mr. Right, en el que se buscan parejas potenciales para los participantes.

"De hecho, los hombres han propuesto matrimonio al aire", cuenta Bush. "Estos hombres literalmente se enamoraron a primera vista. Fue hermoso".

Hello, Mr. Right es importante porque fue la incursión de StarTimes en la producción de contenidos hechos en Kenia luego de haber probado suerte exitosamente en Nigeria. El proyecto demuestra que la empresa china está evolucionando en los mercados locales con la intención de mantener su predominio.

Aunque el programa fue idea y estuvo dirigido por ejecutivos chinos, el formato tomó forma gracias a los conductores africanos, Bush y Vera Sadika. "La comunicación fue fácil. Les dimos ideas frescas. Nosotros somos muy modernos y sabemos qué está de moda", dijo Sadika.

Mientras StarTimes consolidaba su dominio en África, la creación de contenidos localizados fue esencial para promover su presencia en el mercado y para repeler a la competencia occidental, que vio el éxito de empresas chinas como StarTimes y Transsion en el continente. Por otro lado, el crecimiento de Netflix en África ha sido dolorosamente lento. Finalmente llegó a África en 2016, pero incluso entonces lo criticaron porque consume demasiado ancho de banda para las conexiones lentas de la región, en donde la gente sigue prefiriendo los planes de prepago. El costo de una buena velocidad de internet puede ser prohibitivo .

La localización de StarTimes ha beneficiado al sector creativo de África, que ha recibido recursos de la empresa china.

"África es un experimento científico para el sector creativo en China", dijo Lewis, quien señaló que el mercado subdesarrollado de África suele darles a los empresarios una hoja en blanco para experimentar.

Entre más empresas chinas inviertan y experimenten en África, más se profundiza su dominio en el mercado del continente… y más crece la influencia sutil del gobierno chino. Mientras que Spotify y Apple Music están dirigidos mayormente a usuarios de mercados más desarrollados , Boomplay, propiedad de dos empresas chinas , se ha vuelto el servicio de transmisión de música en directo por internet en África; tiene 46 millones de usuarios en el continente y un catálogo de cinco millones de videos y canciones, según cifras de la empresa.

La ventaja de esa adopción temprana es lo que StarTimes ha estado aprovechando desde hace décadas mientras acumula contratos gubernamentales y clientes —pobres y ricos— y monopoliza mercados televisivos en todo el continente. Digital TV Research predice que conforme el continente africano migra a la televisión digital, la base de suscriptores de StarTimes aumentará a 14.85 millones para 2024, con lo que superará a MultiChoice.

Eso profundizará aún más la influencia de China en una región a la que Occidente llegó a ver como "el continente sin remedio". Pero ¿a los países africanos debería preocuparles la influencia de StarTimes y su relación con el gobierno chino como le preocupa Huawei a Occidente?

Madrid-Morales no lo cree. Las posibles consecuencias negativas de que StarTimes domine las televisoras africanas siguen siendo meras posibilidades, explicó. En segundo lugar, el costo relacionado con la construcción de estas cadenas es enorme.

Muchos países no podrían haberlo logrado sin el gobierno chino.

"Cuando se trata de elegir entre ceder una parte de la soberanía o la construcción de una red de telecomunicaciones de vanguardia, la mayoría de los países africanos ha optado por lo segundo", señaló.

Serenitie Wang, de CNN, también colaboró con este reportaje.

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