Los incendios y el humo que generan son un problema persistente durante el verano a causa de las técnicas de roza y quema con las que se limpian las tierras, las mismas que provocaron los incendios en la Amazonía brasileña hace unos meses.
Hasta el momento, se han quemado más de 328,000 hectáreas de tierras, se ha evacuado a cientos de habitantes y se ha desplegado a más de 9,000 socorristas para combatir las llamas, según la Junta Nacional de Manejo de Desastres de Indonesia .
Los incendios han afectado la vida de la gente de toda la región. Singapur y Malasia han estado sumergidos en una bruma densa toda la semana a consecuencia de los incendios y la calidad del aire ha llegado a niveles poco saludables.
En Malasia han cerrado más de 600 escuelas por la contaminación del aire, lo que afecta a cientos de miles de estudiantes, según el diario singapurense Straits Times. También han cerrado escuelas en partes de las islas indonesias de Sumatra y Borneo, ya que en varios puntos la calidad del aire se considera "nociva".
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Ahora, las autoridades intentan desesperadamente encontrar una solución a la crisis. Joko Widodo, presidente de Indonesia, dijo el martes, 17 de septiembre, que había 52 aviones-cisterna llevando a cabo operaciones de combate a los incendios forestales y que se había desplegado a 5,500 socorristas más en la provincia de Riau, en Sumatra, zona muy afectada por el humo.
Tras encabezar una ceremonia de oración en Pelalawan, en la provincia de Riau, el líder indonesio subrayó que la mejor manera de acabar con la bruma es "la prevención de incidentes" y juró perseguir a los "incendiarios" culpables del desastre.