Los incendios que afectan los bosques tropicales de la Amazonía han dejado al desnudo la desintegración regional para brindar respuestas en conjunto a problemas concretos. Hoy, los ocho países de la Amazonía –Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela– ni siquiera se pueden juntar para abordar el tema de los gigantescos incendios.
Lejanos parecen los días en que se discutía si se podía construir a nivel regional un Banco del Sur, una línea aérea en común o cómo se implementaba el Consejo de Defensa de la UNASUR, la Unión de Naciones Suramericanas.
Cuando se aprobó el Tratado Constitutivo de UNASUR en 2008, Álvaro Uribe era presidente de Colombia y Hugo Chávez gobernaba en Venezuela con visiones del mundo diametralmente opuestas, salvo –tal vez– en un punto: la necesidad de construir un organismo regional con todos los 12 países de Sudamérica.