Delia Gallagher y Tara John
ROMA- El domingo, 6 de octubre, el papa Francisco inauguró una polémica cumbre de tres semanas en la que podría abrirse la posibilidad de que algunos hombres casados se vuelvan sacerdotes católicos.
En la cumbre, que se centra en temas ambientales y religiosos en la Amazonía, se tocará el asunto de si sería posible ordenar a algunos hombres casados respetados para contrarrestar la escasez de sacerdotes en sitios remotos de la región.
Si se aprobara, sería un hito para la Iglesia católica con el que se revertiría la tradición centenaria del sacerdocio célibe.
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Esa posibilidad ha despertado indignación entre los grupos conservadores, que han estado protestando con veladas de oración luego de que el cardenal estadounidense Raymond Burke y el obispo de Kazajistán, Athanasius Schenider, llamaran a emprender "una cruzada de oración y ayuno" durante 40 días y a lo largo de la cumbre.
A principios de octubre, unos 200 católicos que se hacen llamar "ejército espiritual" se formaron con rosarios en mano bajo la estatua de San Miguel Arcángel, cerca del Vaticano, para orar por la cumbre, también llamada sínodo.
Es probable que la batalla respecto al ordenamiento de hombres casados no sea tan contenciosa como algunos temen.
Marc Ouellet, cardenal canadiense que encabeza la Congregación para los Obispos y que votará en el sínodo, dijo que tiende a oponerse a la propuesta. "Tengo mis dudas y creo que no soy el único", dijo en una conferencia de prensa en Roma el miércoles, 2 de octubre. "Hay alguien por encima de mí que tiene aún más dudas y que autorizó el debate, y está bien", dijo, refiriéndose aparentemente al papa Francisco.
Los conservadores no son los únicos que están insatisfechos.
Grupos de mujeres católicas, entre ellas algunas monjas, también han protestado con carteles frente al Vaticano y exigen el derecho a votar en la asamblea.
Un total de 185 hombres —sacerdotes y obispos— votarán acerca de las propuestas. Participarán 35 mujeres, la mayoría monjas, aunque no tienen derecho al voto.
El sínodo se lleva a cabo a puerta cerrada a lo largo de tres semanas. Los miembros que votan tendrán la oportunidad de hablar, usualmente diez minutos, sobre temas relacionados con la agenda, llamada Instrumentum laboris, que contiene 147 puntos condensados en un documento final y sobre los que se vota a favor o en contra.
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El punto 129 del Instrumentum laboris contiene la sugerencia de que " se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana".
En el punto 129 se incluye la cuestión del rol de la mujer.
"Identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica".
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Las propuestas que se aprueben en el sínodo se enviarán al papa Francisco para que les dé la aprobación final.
Delia Gallagher reportó desde Roma y Tara John escribió en Londres.
