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El dólar, la obsesión de Argentina que jugará en sus elecciones

La moneda estadounidense es el refugio de los argentinos para los tiempos difíciles, así que el vaivén de la divisa también marca su acercamiento con la política.
vie 25 octubre 2019 05:47 PM
La dupla a la cabeza.
La ex presidenta Cristina Fernández decidió ir en fórmula, como candidata a la vicepresidencia, con Alberto Fernández, un

BUENOS AIRES- Cualquiera sea el resultado de las elecciones presidenciales del domingo en Argentina, la percepción aquí es que "habrá más de lo mismo" en el país de las crisis cíclicas y en donde "todos son peronistas".

De hecho, un peronista, Alberto Fernández del Frente por Todos, se perfila como el ganador de los comicios.

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"Como ya dijo alguna vez el general Juan Perón en una entrevista con un reportero inglés, en Argentina peronistas somos todos, lo único que hay son matices, y obviamente eso también ocurre en el terreno económico: si el dólar es una obsesión de los argentinos como único modo de resguardar su dinero, pues también lo es de los peronistas", le explica a Expansión el periodista Santiago Farrell.

Lee: ¿Qué significa el peronismo para Argentina y por qué le temen los mercados?

El autor del libro Peronismo: cómo explicar lo inexplicable (2016) señala que los ingredientes básicos de la historia argentina de las últimas décadas siguen siendo los mismos: inflación, obsesión por el dólar, peronismo y ajustes económicos.

Los analistas y los operadores económicos en Buenos Aires ya se están ajustando el cinturón a la espera de la reacción de los mercados el lunes después de las elecciones.

Tras la realización de las PASO de agosto último, una especie de internas partidarias generales que actúa en la práctica como una primera vuelta y una encuesta de facto de la voluntad de los votantes, el dólar respondió a la resonante victoria de los peronistas con un salto que lo llevó de un promedio de alrededor de 45 pesos a más de 61 .

No es un dato menor en un país que regula su economía al ritmo de la divisa norteamericana, y donde semejante salto en el dólar significa que, en pocos días, los precios de los productos básicos en los supermercados pueden aumentar un 50%, por no hablar de los artículos importados.

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La obsesión por el dólar tiñe fuertemente el pasional acercamiento de los argentinos a la política y a la economía, con una dramatismo digno de un tango. El país no puede salir del círculo recurrente de gobiernos peronistas ni de la entronización del dólar como el principal refugio para aquellos que pueden ahorrar o la moneda preferida de los grandes negocios o los episodios de corrupción.

Si Fernández y su candidata a vicepresidente, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, repiten el resultado de las PASO (47.79% contra el 31.8% del actual presidente, el liberal Mauricio Macri), tendrán el camino abierto hacia la Casa Rosada. Y desde allí podrán escribir un nuevo capítulo de la historia a tropezones de la economía argentina.

Lee: Macri sufre una fuerte derrota en las elecciones primarias de Argentina

A las elecciones, el peronismo llegó entonado gracias a la movida maestra de la ex presidente, quien se bajó de una posible candidatura para dejarle el primer lugar a Alberto Fernández, a quien muchos ven como más "moderado" que los kirchneristas.

El diseño de la fórmula permitió la unidad de los peronistas bajo una misma campaña, tantos los seguidores de la ex presidenta, ubicados más a la izquierda, como los sectores más críticos y conservadores.

Después de haber estado en cartelera por apenas cuatro años, la película de Macri parece estar dejando su lugar en la pantalla a un filme con los protagonistas de siempre, peronismo, ajustes cubiertos por una manta de asistencialismo y el dólar como tótem de odio y deseo.

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Martín Kalos, el economista jefe de la consultora Elypsis, cree el actor principal de este drama, el dólar, le dará una tregua al próximo gobierno.

"Los saltos que dio el dólar en los últimos meses dejan a esa moneda en una situación relativamente sosegada, porque ya no está tan atrasado con respecto a otros precios", le dice Kalos a Expansión.

"No es el tipo de cambio que daba competitividad por sí solo en Argentina en el 2004 o 2005, pero da un respiro, tanto a las importaciones como a la posibilidad de que algún producto pueda sumar exportaciones porque los costos locales en pesos se abarataron", añade.

El respiro, de todas maneras, será "parcial y momentáneo", advierte.

Si gana Fernández, el candidato peronista propone un acuerdo de precios y salarios para el 2020, lo que "necesariamente va a tener que incluir una política cambiaria y una evolución del dólar por lo menos prevista, proyectada, que ayude a lidiar con las expectativas de los demás precios, como las tarifas de los servicios, que están dolarizados", agrega el economista.

También es posible que, en la interna del poder, se imponga una posible vicepresidenta Kirchner y el país vuelva a la situación de fines de la década pasada, con "un gobierno en guerra con el campo, con los bancos, con los medios de comunicación", dice Farrell.

En ese caso, explica este investigador del peronismo, el dólar puede volver a convertirse en arma de guerra financiera, con una posible reinstalación reforzada de un cepo cambiario como el impuesto por el gobierno de Cristina Kirchner a fines del 2011 para contener la fuga de dólares en medio de una economía tambaleante.

En aquellos años de cepo, se debía pedir autorización a la entidad tributaria argentina para poder comprar unos pocos dólares, en un país donde los pequeños ahorristas compran de a 20, 50 o 100 dólares para poder esquivar la perenne inflación.

¿Qué se puede esperar de un eventual próximo gobierno peronista a partir de diciembre? Farrell propone esperar y ver cómo se desarrolla la dinámica interna de la Casa Rosada, porque "en el peronismo caben todas las interpretaciones económicas, porque se puede decir tranquilamente que en el peronismo cabe todo".

En el partido dominante de la historia contemporánea argentina "hay economistas peronistas liberales, peronistas desarrollistas, peronistas bien volcados a la izquierda, hay quien quiere un Estado máximo, otros quieren un Estado mínimo, da para todo, mientras se sientan peronistas", destaca Farrell.

Según recordó el escritor, el peronismo pasó por todas las recetas, "aplicó el ajuste más salvaje que hubo en este país, en 1975, y una de las economías más cerradas que vivió el país, en el último tramo del gobierno de Cristina", sin olvidar el shock liberal y privatizador de Carlos Menem (1989-1999).

Con este panorama, es de prever que la economía argentina seguirá trastabillando, o avanzando a ciegas, y el dólar representará tanto un dolor de cabeza para el Estado como una tabla de salvación para los ciudadanos ahorristas.

"En Argentina nos hemos mal acostumbrado a que la estructura productiva determina que tengamos crisis cíclicas", señala Kalos. Según el economista, "los dos mecanismos básicos de supervivencia frente a las crisis en Argentina son: quien llega a comprar dólares porque tiene capacidad de ahorro, lo hace en dólares, porque sabe que ese capital no va a perder valor".

La otra estrategia de supervivencia "es la que llevan adelante las familias de menos recursos, que es ahorrar adelantando consumo, acopiando quizás latas de conserva, comida o algún bien mueble, como electrodomésticos que pueden pagar en cuotas a partir del mes siguiente".

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