Pero eso se ha convertido en un caos después de que la dura derrota que sufrió el presidente pro-mercado Mauricio Macri en las elecciones primarias de agosto provocó un colapso en el peso y obligó al Gobierno argentino a imponer controles de capital para detener su caída.
El candidato opositor populista, Alberto Fernández, es ahora el favorito para ganar las elecciones del 27 de octubre.
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"El FMI no gira más fondos hasta luego de la presidencial", opinó Gabriel Monzón, jefe de la consultora local Grupo Latina. "Este será un golpe inesperado para la economía".
Un portavoz del FMI declinó hacer comentarios para esta nota.
El jueves, un portavoz del organismo dijo que el FMI no tomaría una decisión hasta las reuniones de Washington con funcionarios argentinos, previstas para fines de septiembre.
Desde la derrota en las primarias del 11 de agosto, Macri ha desviado los objetivos fiscales acordados con el FMI al aumentar los pagos de asistencia social y reducir los impuestos sobre la renta y los alimentos. Ha evitado el incumplimiento, por ahora, al extender los vencimientos de alrededor de 100.000 millones de dólares de deuda.
"Dada la frágil situación de la deuda (...) el Fondo podría ser perdonado por no querer arrojar (más) dinero", dijo el asesor de mercados en desarrollo Tellimer en una nota.