El mundo está atento
El gobierno indio señaló que la ley es una medida humanitaria para ayudar a las minorías religiosas perseguidas en sus tres países vecinos: Pakistán, Bangladesh y Afganistán.
El martes 17 de diciembre, conforme continuaban las protestas en la capital, Nueva Delhi, Modi acusó a sus rivales políticos de fomentar la disidencia y de avivar el descontento.
Meenakshi Ganguly, directora de Human Rights Watch en el sur de Asia, dijo a CNN que el gobierno tiene que "entender que la ideología hindú mayoritaria podría no ser aceptable para una gran cantidad de ciudadanos indios". Esta es una postura que comparten más de 500 juristas, abogados, académicos y actores, quienes condenaron la obra legislativa en un comunicado al que tuvo acceso la prensa india.
Pese a los agravios crecientes, los analistas creen que es poco probable que el PBJ deseche la nueva ley. "Modi sigue siendo, por mucho, el político más popular en India", dijo Vaishnav.
El PBJ tiene un mandato amplio desde su segundo triunfo consecutivo en elecciones generales, contienda que se libró con base en un proyecto cultural que llamó la atención de sus bases radicales. "No creo que vayan a desviarse de él", agregó Vaishnav.
Mientras tanto, India carece de un plan para lo que sigue. Sus centros de detención no tienen la capacidad para albergar a los "millones de personas a las que podrían atrapar" si se implementa una revisión nacional de ciudadanía, de acuerdo con Vaishnav.
Además, parece que no hay negociaciones en curso con los países vecinos, como Bangladesh, sobre el tema de las deportaciones, agregó Patel, de Chatham House.
Conforme crecen las inquietudes, los observadores dicen que los gobiernos de Occidente han adoptado un enfoque muy suave con ese país, al que en general se considera posible contrapunto democrático a su vecino, China.
"Creo que lo que eso provoca es que se haga la vista gorda a lo autoritario que ha sido el PBJ en India", dijo Patel.
La comunidad extranjera "está esperando y observando cómo se implementará [la ley]", agregó Vaishnav. "¿Habrá grandes cantidades de musulmanes detenidos o despojados de su ciudadanía? Es un juego de esperar a ver qué pasa".