Al parecer, esos cambios son una redistribución del poder: darle al Parlamento la facultad de designar al primer ministro, quien a su vez designará a un gabinete que el Parlamento deberá aprobar. En palabras del mismo Putin, "en este caso, el presidente estará obligado a designarlos, es decir, no tendrá el derecho de rechazar las candidaturas aprobadas por el Parlamento".
La Constitución rusa le prohíbe a Putin reelegirse como presidente en 2024. Sin embargo, nada le impide volverse primer ministro, como lo hizo en 2008, cuando cambió de lugar con Medvedev por cuatro años.
"En mi opinión, este es un arreglo entre Putin y Medvedev", dijo Valeriy Akimenko, analista veterano de Rusia que actualmente trabaja para el Centro de Investigaciones de Estudios sobre los Conflictos de Reino Unido. "No hay manera de creer que Medvedev es un personaje independiente y no hizo olas contra Putin en su tiempo como presidente. Fue lo mismo que pasó en 2008, esto parece un acuerdo entre ambos".
Vladimir Putin se reúne con Bashar al Asad entre las tensiones de Irán y EU
No todos los analistas creen que sea inevitable que Putin se instale tarde o temprano como primer ministro. Oleg Ignatov, del Centro para las Políticas Actuales, un centro de estudios con sede en Moscú, señaló que Putin también habló de cambiar el rol constitucional del Consejo de Estado de Rusia, un órgano que asesora al jefe de Estado.