Por otro lado, Putin se enfrenta a las especulaciones respecto a cómo logrará su reacomodo más reciente. En 2012 cambió de lugar con el entonces presidente, Dimitri Medvedev, con lo que Putin ganó ocho años más en la presidencia. Esto provocó grandes protestas callejeras y se espera que haya más después de las noticias más recientes. También se rumora que es posible que haya descontento en los niveles más altos de la política rusa, así como indignación entre las personalidades y los partidos de oposición que Rusia, a diferencia de China, sigue tolerando.
Como ambos hombres consolidaron su poder a lo largo de la década de 2010, Rusia y China se han acercado cada vez más , en parte gracias a la geopolítica pero también por la aparente relación personal sólida de sus líderes .
Putin ha recurrido a Xi como contrapeso ante las presiones de Estados Unidos y Europa, particularmente luego de la anexión de Crimea en 2014, mientras que a Xi le encanta contar con Rusia entre sus aliados mientras expande su influencia hacia el oeste a través de su megaproyecto insignia de infraestructura —el Cinturón y la Ruta de la Seda— y busca la forma de contrarrestar los efectos de la guerra comercial con Estados Unidos.
Además del Cinturón y la Ruta, Rusia también ha recibido con los brazos abiertos a Huawei, el gigante tecnológico chino en apuros, pese a que la empresa estuvo bajo la presión intensa del gobierno estadounidense por cuestiones de seguridad y estuvo a punto de quedar en la lista negra de varios de los aliados de Estados Unidos. La decisión de conceder a Huawei el contrato para construir la red 5G de Rusia coincide con el acercamiento del gobierno ruso a un internet hipercontrolado al estilo chino, con el que busca controlar las libertades en línea y la disidencia.