El documento incluía relatos detallados del Holocausto presenciados por miembros de la resistencia polaca. El texto despertó recelo.
Los aliados "simplemente no se creyeron muchos de estos informes", afirmó a la AFP el profesor Norman Davies, un historiador británico de Oxford. Los consideraron exagerados o parte de la propaganda de guerra polaca.
"Solución final"
Pese a las peticiones de la resistencia polaca y judía para que Londres y Washington bombardeasen las vías férreas que conducían a Auschwitz y a otros campos de exterminio, "la actitud de los militares consistía en centrarse en objetivos militares, no en asuntos civiles", declara Davies.
"Uno de los objetivos que el ejército (británico) bombardeó fue una fábrica de combustible sintético cerca de Auschwitz" en 1943-44, agregó.
Aunque los aviones de combate británicos sobrevolaron el campo de exterminio no se dieron órdenes de bombardeo.
"Fue uno de los mayores crímenes cometidos por aquellos que permanecieron indiferentes porque ellos (los Aliados) pudieron haber hecho algo y deliberadamente no lo hicieron", declaró a la AFP David Lenga, de 93 años, un superviviente de Auschwitz.
Auschwitz-Birkenau, el campo de concentración nazi más grande y mortal de todos, es el único que se ha conservado.
Creado y administrado por los nazis alemanes desde 1940 hasta 1945, Auschwitz formó parte de una red de campos en Europa, puesta en marcha como parte de la "Solución final" de Adolf Hitler, para el genocidio de unos 10 millones de judíos europeos.