La exhortación del Papa es una respuesta a una recomendación presentada por los obispos de las regiones amazónicas que participaron en el Sínodo del año pasado. Esta propuesta había hecho saltar las alarmas entre los conservadores en el seno de la Iglesia Católica, pues temían pudiera provocar un cambio en el secular compromiso al celibato de los sacerdotes.
Con esa decisión Francisco desea que la exhortación apostólica se centre en los desafíos ecológicos, sociales y pastorales y no tanto en el fin del celibato, tema que divide profundamente a la iglesia.
Aunque en el documento Francisco exhorta a que las mujeres tengan mayores funciones en la Iglesia de la región, también cierra la posibilidad a la creación de diaconisas.
El Papa Francisco reconoce que es necesario que la eucaristía llegue a estos lugares pero se limita a pedir que se rece para que crezcan las vocaciones y que se envíen más misioneros en estas zonas.
Para Andrea Tornielli, director de comunicación del Vaticano, Francisco quiso evitar que la exhortación se convierta "en un referéndum" sobre la posibilidad de ordenar curas a hombres casados.
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El documento hecho público el miércoles no hace siquiera mención a la propuesta, pensada para la ordenación como sacerdotes de diáconos casados que sean líderes probados de comunidades católicas remotas y tengan familias estables.