Las autoridades fueron mantenidas al margen durante la negociación del acuerdo, que fue firmado el sábado en Doha por Washington y los rebeldes.
Esa medida, sin embargo, es "un prerrequisto para las discusiones entre afganos", recordó por su parte el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, lo que dejó entrever que las discusiones que Kabul y los insurgentes pretenden emprender serán complicadas.
"La posición de Ghani muestra que los estadounidenses no hicieron los preparativos necesarios antes de firmar el acuerdo", reaccionó otra fuente talibán, radicada en Pakistán.
Según el acuerdo de Doha, un eventual alto el fuego no es más que un "elemento" de las futuras discusiones, y no una obligación para que estas se lleven a cabo, como desea Ashraf Ghani.
"Estamos comprobando si [la tregua parcial] tomó fin. Pero, de momento, no hemos sido informados de ataques importantes", había dicho anteriormente Fawad Aman, portavoz adjunto del Ministerio de Defensa.
En virtud del acuerdo de Doha , los estadounidenses y sus aliados tendrán que retirar sus tropas de Afganistán en un plazo de 14 meses, siempre y cuando los insurgentes respeten los compromisos del pacto, incluyendo el inicio de las negociaciones entre los rebeldes y Kabul con vistas a instaurar una paz duradera en el país.