Multas y dispersión de reuniones
          
          Esta es la última de una serie de medidas que comenzaron por llamar al teletrabajo a todo el que pudiera, siguieron por cerrar las escuelas y acabaron clausurando bares, restaurantes y teatros ante la reticencia de muchos británicos a quedarse en casa.
          Este fin de semana surgió preocupación por la cantidad de personas que acudieron en grupos a parques y playas, ignorando la consigna de evitar el contacto social.
          "No deben encontrarse con amigos, si les piden que salgan deben decir que no", insistió Johnson el lunes, llamando asimismo a "no reunirse con familiares que no vivan en su mismo hogar".
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          Y advirtió: "Si no sigues las reglas, la policía tendrá los poderes para hacerlas cumplir, incluso a través de multas y la dispersión de las reuniones".
          A última hora del domingo, el ejecutivo de Boris Johnson ya había llamado a los británicos a no viajar a "residencias secundarias, campings, parques de caravanas" para confinarse o para pasar las vacaciones.
          Y los diputados debatieron el lunes, y debían aprobar sin dificultades, un proyecto de ley de emergencia que, entre otras cosas, da a la policía mayores poderes para obligar a la gente a confinarse.
          Antes del discurso del jefe del Ejecutivo, el ministro de Exteriores, Dominic Raab, urgió a todos los turistas británicos y "viajeros de corta duración" en el extranjero a que regresen al Reino Unido de inmediato "mientras todavía hay disponibles vuelos comerciales".
          "Algunos turistas británicos en otros países ya están encontrando dificultades para regresar al Reino Unido debido a las restricciones internacionales", advirtió Raab, que alertó de que muchas aerolíneas están suspendiendo vuelos y numerosos aeropuertos en todo el mundo están cerrando, "algunos de ellos sin previo aviso".
          Con información de AFP y EFE