Jean Castex, un conservador moderado de 55 años, poco conocido por los franceses, sucede al también conservador Edouard Philippe, que tras tres años al frente del ejecutivo, presentó el viernes por la mañana la dimisión en bloque del gobierno, incluyendo la suya.
"¡Sea bueno!", le dijo Edouard Philippe el viernes por la tarde a su sucesor, en la residencia oficial del jefe de gobierno, en la ceremonia de posesión.
El nuevo primer ministro afirmó que desea "más que nunca reunir a la nación" frente a la crisis económica y social que "ya está aquí" con el coronavirus. "Las prioridades tendrán que evolucionar" y "los métodos adaptarse", añadió.
Durante una reunión el jueves, "el presidente de la República y el primer ministro se pusieron de acuerdo en la necesidad de formar un nuevo gobierno para encarnar una nueva etapa del quinquenio, un nuevo rumbo", señaló la presidencia francesa.
Este cambio de gobierno era inminente tras del duro revés que sufrió el joven partido gubernamental, La República en Marcha (LREM), en las elecciones municipales del domingo, marcadas por el avance de los ecologistas.
El ejecutivo francés ha atravesado un período complicado, con la inédita movilización de los "chalecos amarillos", la huelga contra la reforma de las jubilaciones y el descontento del personal sanitario.
A esto se suman las consecuencias de la pandemia de COVID-19, que además de haber dejado ya cerca de 30,000 muertos en el país tuvo un impacto devastador en la economía francesa.