Selbie, que bromeó cuando aceptó su trabajo de 185,000 libras al año en 2013 con que sus credenciales en materia de salud pública cabrían "en un sello postal", dirigía una agencia estatal que tiene la misión de prepararse y responder a las emergencias de salud pública. Ahora se enfrentaba a una emergencia histórica.
PHE es una piedra angular del sistema de salud estatal del Reino Unido; Selbie depende directamente del ministro de Salud del Gobierno, Matt Hancock.
La agencia es mucho más pequeña y tiene un perfil más bajo que el gigantesco Servicio Nacional de Salud (NHS), que supervisa los hospitales, las clínicas y los médicos de cabecera de Reino Unido, proporcionando asistencia sanitaria a todos. Los 5,500 empleados de PHE tienen un importante papel de apoyo en el funcionamiento de los laboratorios, el despliegue de pruebas diagnósticas para nuevas infecciones y la gestión de los brotes en Inglaterra, donde viven 56 millones de los 67 millones de habitantes de Reino Unido.
Pero las cosas no iban tan bien cuando Selbie publicó el mensaje en el blog. Reuters estima que es posible que en todo el Reino Unido se hubieran infectado ya entre 1,500 y 5,000 personas. La estimación se basa en las evaluaciones científicas actuales de la tasa de mortalidad de COVID-19, la enfermedad causada por el virus, y un intervalo medio entre la infección y la muerte de entre 18 y 23 días.