En los próximos días la reforma será debatida en el Senado, donde necesitará la aprobación de las tres quintas partes de la Cámara para prosperar.
El proyecto no cuenta con el apoyo del Gobierno, que considera que esta iniciativa impide que se acometa una reforma estructural del sistema de pensiones, y está generando una crisis política en el seno del oficialismo, además de una gran agitación ciudadana.
El brote de coronavirus tiene en Chile a la capital Santiago y otras ciudades importantes bajo confinamiento total. El mayor productor mundial de cobre suma más de 321,000 contagios y más de 7,000 fallecidos debido a la enfermedad.
Una medida similar para retirar un 25% de los fondos fue aprobada en Perú en abril.
El sistema de pensiones chileno, replicado en varios países de América Latina, ha estado en el centro del debate en los últimos años por las críticas a los bajos pagos entregados tras años de cotizaciones.
Esfuerzos sin resultados
El gobierno anunció en la víspera una ampliación de su programa de apoyo a la clase media, incluyendo un bono en efectivo por el equivalente a unos 630 dólares, para intentar bloquear la iniciativa legal que considera afectará las pensiones futuras.
El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, ha insistido en que el plan de asistencia presentado por el gobierno es una "mejor idea" para mitigar la situación actual, aunque no dejó claro si ese plan se mantendría en caso que se apruebe el retiro de fondos.