Hasta el momento, en la región noroccidental de Xinjiang, de la que Urumqi es capital, se han registrado 55 casos desde que se detectase el rebrote la semana pasada.
Estos nuevos casos ilustran la dificultad de China, el primer país afectado por el virus a finales de 2019, para erradicar la pandemia.
La campaña de detección se lleva a cabo tras la decisión de las autoridades de interrumpir la mayor parte de las conexiones aéreas con Urumqi, la capital regional de Xinjiang, y de cerrar el metro y los servicios de transporte público.
Las campañas de detección deben comenzar en los edificios donde se han reportado los nuevos casos y, con el tiempo, cubrirán toda la ciudad, dijo el jefe del comité de salud local, Zhang Wei.
Se pidió a los habitantes de Urumqi que no abandonaran la ciudad a menos que fuera absolutamente necesario.
En muchos puntos del país se han activado las alertas ante los ciudadanos que hayan estado en Urumqi desde el pasado 1 de julio, a los que se exige que revelen su historial de viajes para determinar si deben ponerse en cuarentena.
En Kashgar, otra ciudad la región de Xinjiang, se detectó este domingo un caso relacionado con la capital, y en la provincia oriental de Zhejiang se confirmó el pasado día 16 un contagio —por el momento, asintomático— que había volado desde Urumqi la semana anterior.