El gobernador de Texas, Greg Abbott, instó a aquellos que pudieran pagarlo a refugiarse en hoteles y moteles "para aislarse" y evitar contagios.
Angela Jouett, que dirige las operación de evacuación en Lake Charles, Luisiana, dijo que se habían dispuesto nuevos protocolos debido a la pandemia.
"Las personas que entran (a los centros de evacuados) se rocían las manos con desinfectante", tienen "controles de temperatura" y mantienen una distancia física de dos metros.
En el pueblo texano de La Porte, cerca de Houston, donde había orden de evacuación voluntaria, la gente se abastecía de productos de primera necesidad.
"Estoy un poco nervioso, pero también digo: 'Ok, sé que voy a estar a salvo dentro de mi apartamento", dijo a la AFP Matthew Jones, un guardia de seguridad de 28 años, quien se abastecía de alimentos.
Más al este, en Port Arthur, cerca de la frontera con Luisiana, Jannette Zinos reunía a su familia para evacuar. "Realmente necesito irme. Tengo miedo de que la casa se nos caiga encima", afirmó.
Patricia Como, una evacuada de Lake Charles, Luisiana, señaló que sus familiares habían decidido quedarse, pero que ella no quería arriesgarse. "No voy a jugar con Dios", afirmó.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, dijo en Twitter que se cerraron partes de la carretera interestatal (I-10), que conecta todo el sur de Estados Unidos e instó a los evacuados a dirigirse al norte para "desviar el cierre y evitar condiciones imposibles para conducir".