Los ingresos del Vaticano están divididos en el 54% —equivalente a 164 millones de euros— generado por los activos de propiedad de la Santa Sede.
Las actividades comerciales (visitas a las catacumbas, material del departamento de comunicación, Libreria Editrice Vaticana y servicios como los impuestos para algunos certificados, tasas académicas de instituciones universitarias, etc.) aportaron un 14%, es decir, 44 millones.
El resto lo aportan otras entidades vaticanas. Las donaciones de las diócesis y de los fieles ascendieron a 56 millones de euros, un 18%.
En relación a los gastos, se dividen en tres bloques: la gestión de activos, que fue de 67 millones euros y suponen un 21% de los gastos, e incluye 18 millones de euros de impuestos y 25 millones de euros de mantenimiento del edificios; los servicios y la administración, que absorben el 14% de los gastos, y los llamados gastos de misión, que son los necesarios para el mantenimiento de los dicasterios o ministerios dedicados a las actividades de la Iglesia y que suponen el 65%.
"En general, lo que más me llamó la atención cuando conocí mejor la curia es que se hace mucho con poco", aseguró Guerrero que explica que no existe en los presupuestos de varios países y regiones nada comparable a mantener 125 nunciaturas y misiones permanentes en el mundo con 43 millones de euros, con la relevancia, y la capacidad de mediación de la Santa Sede.
En la cuentas destacan los 45 millones anuales que se han gastado para mantener la Secretaría de Comunicación, donde trabajan cerca de 500 personas y que según Guerrero están justificados pues llevan el mensaje del papa en 40 idiomas también "a las fronteras del mundo".
Con información de EFE y Reuters