Feinstein consideró "preocupante no tener una respuesta clara", pero evitó atacar a la jueza por sus convicciones religiosas, como hiciera tres años atrás durante una comparecencia en el Congreso.
Pero en un país donde solo una cuarta parte de la población es atea o sin religión, el rival de Trump, Joe Biden, había instado a los senadores de su partido a no tocar este campo tan sensible. "Su fe no debe tomarse en consideración", dijo el lunes el candidato.
La protección de la salud
La audiencia ante la Comisión Judicial del Senado también es una oportunidad para que Barrett responda a los legisladores demócratas, que han estado unidos en su oposición a la candidata por el eventual papel que jugaría en la erosión del plan de salud Obamacare y su protección a pacientes con condiciones preexistentes.
Barrett, quien se enfrenta a las preguntas de los senadores por vez primera, declinó decir si estudiaría apartarse del caso, tal y como han solicitado los demócratas, asegurando que seguiría las reglas sobre recusación, que dan la última palabra a los jueces de forma individual.
"Esa no es una pregunta que pueda responder en abstracto", dijo Barrett.
"No soy hostil" a esa ley, replicó el martes la magistrada. "Jamas conversé con el presidente o un miembro de ese equipo sobre la forma en que podría pronunciarme sobre ese tema", aseguró.
Además, aseguró no tener "ningún compromiso" con la Casa Blanca o el Senado sobre la forma en que trataría asuntos sensibles, entre ellos posibles litigios poselectorales.
Un recurso contra el Obamacare, apoyado por el gobierno de Trump, deberá ser discutido en noviembre por la Suprema Corte y los demócratas temen que esa ley sea derribada si Barret participa de la decisión.
Con información de AFP y Reuters