De acuerdo con un documento del Migration Policy Institute (MPI) publicado este jueves, la aplicación de la ley de inmigración en el interior de Estados Unidos durante el gobierno de Trump se ha quedado muy detrás de sus promesas y de lo hecho por su predecesor, el demócrata Barack Obama, conocido por la comunidad migrante como el "deportador en jefe".
"Los arrestos y deportaciones por motivos de inmigración han adquirido un perfil más alto bajo Trump debido a las operaciones de aplicación de la ley en el lugar de trabajo altamente visibles y al aumento de los arrestos en vecindarios residenciales y lugares sensibles como juzgados, entre otras tácticas", recordó el MPI.
Sin embargo, la promesa de llevar cabo deportaciones masivas no ha sido cumplida, claro, no gracias a la voluntad de Trump, sino a la resistencia de los funcionarios estatales y locales que han avanzado en políticas de “ santuario”, que limitan la cooperación don el Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE).
"Si bien la administración Trump ha buscado otras vías para aumentar los arrestos y deportaciones en el interior de los Estados Unidos, incluso cuadruplicando los esfuerzos de aplicación de la ley en los lugares de trabajo, la resistencia de las jurisdicciones locales ha sido clave en su fracaso para deportar a los millones de inmigrantes no autorizados que prometió el presidente", aseguró el MPI.