Sandy Choreno, creadora de Efecto Violeta, una plataforma que defiende los derechos de las mujeres migrantes, llegó a Estados Unidos para estudiar inglés y así cursar un doctorado. Regresó en 2015 a la Ciudad de México, donde estuvo en la oposición al proyecto del Corredor Cultural Chapultepec. Ese año, regresó a Chicago y comenzó una nueva vida.
“Cuando yo llegó, busco un grupo de feministas porque es con el grupo que más me identifico, porque soy feminista. Me empiezo a involucrar con todo lo que es el feminismo en Estados Unidos, que no tiene que ver con el feminismo en México, pues se viven otra serie de opresiones y otro privilegios”, recuerda Choreno.
Fueron las feministas quienes le ayudaron en el proceso de adaptación, pues admite que no es lo mismo visitar una ciudad como turista que migrar a ella. En 2018, comenzó así relación con los grupos de migrantes por los derechos políticos e impulso el voto de los mexicanos en el extranjero.
Para la comunidad migrante, todos los días de los casi cuatro años de gobierno de Donald Trump han sido estresantes, sobre todo por el carácter impredecible de muchas de sus decisiones, sobre todo las relacionadas con migración.
“Para los grupos de mujeres migrantes fue muy difícil. Muchas ya no querían ir a trabajar porque pensaban que no iban a regresar y que migración las iba a costar en el camino y que no iban a volver a ver a sus hijos. La situación era horrible. Recuerdo que se firmaban cartas, por si no regresabas, a quien le dejabas a tu hijo”, dice la activista.
Después de que las amenazas de deportación masiva de Donald Trump quedaron en el aire, muchos latinos sintieron que en realidad no había mucha diferencia entre el republicano y Barack Obama, el presidente de la inclusión, pero que también regresó a muchos migrantes a sus países de origen.
“Ya vamos a cerrar las fronteras, pero la gente sigue llegando de manera legal e ilegal, la gente sigue trabajando. Entonces, dicen que todo ha sido parte de un discurso”, dice Choreno, que vislumbra otros riesgos de una nuevo mandato de Trump, como una limitación del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. “Sí me parecería que en estos cuatro años haría cosas que en los primeros cuatro no pudo”.
Miles de mujeres protestan en las calles contra Trump a días de las elecciones
Muchos de los migrantes no pueden votar, pero han salido ha impulsar el voto en pequeñas brigadas, por la pandemia, a estados vecinos de Illinois, como Michigan y Wisconsin, donde puede elegirse quien será el próximo presidente de Estados Unidos. “Siempre es importante decir vamos a votar para que no nos pasé lo que nos pasó con Hillary Clinton”.
Sobre las grupos feministas, Choreno recordó que apenas el 17 de octubre, se organizó una marcha multitudinaria de mujeres en varias ciudades de Estados Unidos, para mostrar el rechazo a la misoginia del presidente Donald Trump, así como abogando por el derecho al aborto.
“Salimos todas juntas y la lógica era esa, votar por el menos peor. Donald Trump está, como te decía, en el entendido de que lo que no pudo hacer en los primeros cuatro años, lo puede hacer ahora, y ya no nos podemos dar el lujo de probar a ver si ahora sí va a ser real o no la amenaza”.
Sobre Joe Biden, Choreno dijo que es “un buen hombre”, pero parte de la comunidad migrante no le ve con muy buenos ojos por su relación con Barack Obama, el “deportador en jefe”.
“Joe Biden tomó muchas buenas ideas de Bernie Sanders y de otros de sus competidores, tomó lo mejor, me consta porque estuvo recopilando muchas ideas para su campaña. Hay un ánimo de que cambie el discurso, de que cambie la vida en Estados Unidos, sobre todo ese rollo del racismo y la discriminación que se ha ido agudizando con movimiento como el Black Lives Matter”, explicó Biden.