Biden intentará reequilibrar esta relación, que no obstante seguirá siendo de rivalidad, tanto militar, con el Mar de China Meridional y el estrecho de Taiwán como punto de choque, como diplomática y comercial.
"Trump adoptó una política muy agresiva con China, intentando imponerle presión en todos los frentes" dijo a la agencia AFP Adam Ni, director del China Policy Centre, basado en Canberra, Australia.
"Con Biden, creo que tendremos un enfoque más calculado y centrado no solamente en el ataque puntual, sino en consideraciones de largo plazo", explica.
El ex vicepresidente de Barack Obama, a inicios de su campaña, no consideraba a China como un rival estratégico para Estados Unidos, sin embargo ha cambiado en los últimos meses su actitud hacía el gigante asiático y hacia el líder chino Xi Jinping, a quien incluso ha calificado de "un matón".
"Estados Unidos tiene que ser duro con China", dijo Biden en un artículo publicado en marzo cuando la pandemia de coronavirus, que comenzó en la ciudad china de Wuhan, se extendió.
Sin embargo, el demócrata ha mantenido un tono mucho más moderado que el adoptado por el actual inquilino de la Casa Blanca. Por ejemplo, ha evitado decir que China es la mayor amenaza para Estados Unidos, aunque ha calificado al país asiático de su "mayor competidor".