El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con sede en Washington, dijo el lunes que apoyará a los países más golpeados en la región con hasta 1,200 millones de dólares para solventar la reconstrucción tras el paso de las tormentas.
En Panamá los dos ciclones dejaron más de 20 muertos y una decena de desaparecidos, además de millonarias pérdidas, especialmente en la provincia occidental de Chiriquí y en la comarca indígena Näbe-Buglé.
Costa Rica sufrió los peores daños por Eta, que dejó dos muertos en el cantón sureño de Coto Brus, fronterizo con Panamá, cuando un deslave sepultó la casa en la que vivía una pareja conformada por un estadounidense y una costarricense.
Los dos ciclones causaron crecidas de ríos y derrumbes sobre carreteras que dejaron a 29 comunidades aisladas, según la Comisión Nacional de Emergencias.
Precisó que 2,056 personas debieron ser trasladadas a albergues por inundaciones y daños en sus viviendas, siendo el litoral Pacífico y el sur de Costa Rica los más afectados.
El Consejo Nacional de Vialidad de Costa Rica reportó daños en 264 carreteras, 11 puentes y 21 alcantarillas, cuya reparación requirió una inversión de 15 millones de dólares.
En El Salvador ambos huracanes dejaron dos muertos y daños en agricultura, aunque no han sido cuantificados.
Otras dos personas murieron en el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.