Instaron a la población guatemalteca "a unirse en búsqueda de soluciones concertadas, a abstenerse de lenguaje confrontativo y a aprovechar todas las oportunidades para lograr un diálogo inclusivo", indicaron en su mensaje.
Sobre la manifestación del sábado, el G-13 enfatizó que "la gran mayoría de los manifestantes ejercieron pacíficamente su derecho constitucional, pero la expresión de las propias ideas nunca debe convertirse en violencia".
Un manejo cuestionable de la pandemia
La indignación social de estos días responde también a la opacidad con la que se han manejado los recursos destinados a la pandemia de coronavirus, así como el rechazo que despierta la creación de un superministerio dirigido por una persona cercana al mandatario.
El manejo de la crisis por parte de Giammattei, un médico de 64 años, ha sido duramente criticado por la oposición política y sectores sociales que denuncian carencias en los hospitales y deficiencias para atender a los grupos afectados por los confinamientos.
El 29 de mayo salió a la luz un conversación entre Castillo y Giammattei en la que el vicepresidente le reclamaba al mandatario tomar decisiones erróneas ante la pandemia por el COVID-19.
Según datos oficiales, el COVID-19 ha dejado 4,076 muertos, contagiado a 118,629 personas y debilitado su economía, caracterizada por una limitada base de ingresos, lo que llevó a la agencia Moody's a desmejorar a negativa la perspectiva de sus calificaciones.
Además de las consecuencias de la pandemia del COVID-19, la nación centroamericana enfrenta los estragos de dos huracanes, Eta e Iota, que azotaron recientemente a la región, dejando a más de 356,000 personas afectados y millonarias pérdidas materiales.
Con información de AFP, EFE y Reuters