En un país que tiene dos presidentes —el presidente de la AN, Juan Guaidó, fue reconocido por unos 50 países— y dos instituciones que ofician como Parlamentos no sorprende que ahora haya dos elecciones simultáneas.
“La consulta no tendrá en absoluto relevancia”, dice Mendoza Márquez. “Es una decisión errada de dirigentes de la oposición que, según las encuestas, ya no tienen el apoyo popular de hace unos años”.
Sin contrapesos institucionales y ante una oposición fragmentada, crecen los temores a que se disparen aún más los casos de violaciones a los derechos humanos. En septiembre pasado, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Acnudh) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que es dirigido por la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, denunció que más de 2,000 personas murieron entre enero y agosto de este año en los barrios pobres durante operaciones de seguridad llevadas a cabo por las autoridades.
En los últimos meses, el foco de las persecuciones políticas en Venezuela pasó de los líderes opositores a las ONGs y activistas sociales. El más reciente de esos casos ocurrió a fines de noviembre, cuando el gobierno allanó la sede y congeló las cuentas bancarias de “Alimenta la Solidaridad”, una organización que asiste a 25,000 niños desde hace cuatro años.
El gobierno acusó a esa organización de canalizar donaciones extranjeras para la subversión política. En esa línea, Diosdado Cabello, el segundo hombre fuerte del oficialismo, adelantó que el gobierno pondrá bajo la lupa el financiamiento internacional de estas ONGs. Si finalmente el financiamiento es cancelado, buena parte de estas organizaciones se reducirán al mínimo o tenderán a desaparecer.