Sterling, que pertenece al mismo partido que Trump, el republicano, describió su conferencia de prensa como "el día de la marmota" por todas las veces que ha tenido que salir a refutar las teorías de la conspiración sobre un presunto fraude en Georgia.
"No hubo un fraude masivo, pero incluso si ustedes lo creen, salgan a votar (...). No supriman su propio voto", suplicó el responsable electoral, que confió en que la participación pueda ser “alta".
La última presión de Trump
El impacto de Trump, y de las últimas revelaciones sobre su intercambio con el funcionario estatal, sigue siendo muy difícil de medir. Si la base electoral de Trump se mantiene leal, su cruzada contra una elección que asegura fue "amañada" podría desmovilizar a los votantes.
Muchos legisladores dentro del Partido Republicano prefirieron no hablar sobre este tema en vísperas de una votación de alto riesgo.
Luego de estas elecciones parciales, el Congreso se reunirá el miércoles para certificar formalmente la votación del Colegio Electoral a favor de Biden (306 contra 232).
El resultado de esta obligación constitucional, que suele ser una simple formalidad, no está en duda.
Pero la resistencia de Trump, que se niega obstinadamente a aceptar el veredicto de las urnas, le da a este día un tono especial.
Algunos pesos pesados republicanos, incluido el líder en el Senado, Mitch McConnell, terminaron por admitir la victoria de Biden.
Pero tanto en la Cámara Baja como en la Alta, muchos legisladores prometieron expresar sus objeciones y hacer resonar las acusaciones de fraude dentro del propio Capitolio.
A contramano, decenas de destacados ejecutivos estadounidenses pidieron en una carta el lunes al Congreso certificar a Biden como el nuevo presidente.
"Es hora de que el país avance", señalaron.
Con información de AFP, EFE y Reuters